sábado. 20.04.2024

El clima de crispación política que se ha generado en los últimos años tiene sus consecuencias y la principal es el hecho de que algunas personas pretenden emular las algaradas de los líderes de sus partidos subiendo la apuesta, pero desconociendo por completo que ellos no están amparados por aforamientos, debates políticos ni nada por el estilo. Lo que se ha vivido en Cantoria, donde sus vecinos están totalmente estupefactos, es sencillamente el baile, la pataleta, de un grupo de resentidos por una derrota electoral sin paliativos, en la que de 11 concejales posibles el PSOE gana 8 y el PP 3. Pero no pueden esperar otra cosa, si los dos últimos alcaldes del PP de Cantoria, Pedro Llamas y Gaspar Masegosa, llevan más de una década paseando por los juzgados de Almería causas en los que son condenados una y otra vez acumulando penas y años de inhabilitación de los que ya se han perdido la cuenta. Vamos, que como dijo Unamuno en la Universidad de Salamanca ante un auditorio de falangistas “venceréis pero no convenceréis”.

Lo que fue una bronca en una carnicería de un pueblo de 3.500 habitantes, el PP de Almería trata de convertirlo en un espectáculo mediático aprovechando el desconocimiento de una señora a la que no me extrañaría ver, dentro de poco, trabajando para la Diputación Provincial ya sea directamente o como prestadora de servicios. Estaremos atentos.

El caso es que cargan las tintas contra, precisamente, quien saben que es uno de los artífices de las aplastantes mayorías absolutas del PSOE en Cantoria, y llevan tres consecutivas.

Pero quién es Antonio Cerrillo. Pues se lo voy a contar.

Cerrillo es nacido en Cantoria y de hecho él iba a ser el alcalde en 2011, pero le tendieron una verdadera emboscada preelectoral en la que trasciende a los medios de comunicación que una pareja de la Guardia Civil le identifica como ocupante de un coche, en el que iba de pasajero, y levantan acta por posesión para consumo de uno de los ocupantes. Nunca se le achacó a él. Jamás pasó el incidente de un atestado, pero corrieron ríos de tinta. Obviamente no se presentó a la alcaldía y su esposa, en ese momento, dio un paso al frente.

Y la historia la conozco porque conozco perfecta y personalmente a Cerrillo y casi que me apuesto tres cañas a que es cierto que llamó gentuza al PP y a la concejala en cuestión, si esta se le encaró después de recriminarle él, muy capaz, de decirle textualmente que para hablar de él o de su familia se lavara la boca antes.

Y vamos por partes. Es mentira, falso, que al menos hasta las cinco de la tarde de hoy jueves 1 de junio, la Guardia Civil siquiera le haya llamado para prestar declaración.

Es cierto que hay testigos que han desmentido ante la Guardia Civil la versión de la concejala del PP, Carolina Piñero, y que, además, serán testigos de cargo en la querella por falsa denuncia.

Y lo más importante. Algún anormal ha llegado a decir que hasta se trata de un caso de violencia de género y aquí si hago un inciso para explicar lo que es violencia de género: “Todo acto de violencia (...) que, como manifestación de la discriminación, la situación de desigualdad y las relaciones de poder de los hombres sobre las mujeres, se ejerce sobre éstas por parte de quienes sean o hayan sido sus cónyuges o de quienes estén o hayan estado ligados a ellas por relaciones similares de afectividad, aun sin convivencia. (...) que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada”. Explicado ésto, por lo que sí me apuesto hasta siete cañas es que con esta criatura de la denuncia, Cerrillo ni ha tenido ni tendrá nunca nada emocional o afectivo.

La versión de Cerrillo está publicada en una entrevista radiofónica (minuto 20:23), y es bueno escucharla, porque el tono dice mucho de la persona que habla.

Y otro apunte. Esta misma denuncia ya se presentó en las anteriores elecciones, también por el PP, contra la misma persona y por hechos prácticamente similares.

Será divertido seguir el caso y la reconvención, porque las denuncias tienen efecto boomerang cuando se añade ficción política a los hechos.

Javier Salvador, periodista y jurista. Spindoctor en Teleprensa World.

Pataleta de resentidos en Cantoria
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