jueves. 28.03.2024

Nadie se va a movilizar y si sucediese por alguna extraña circunstancia serán unos pocos porque la verdad es muy sencilla, dura pero sencilla: poco nos importa. Nos hemos inmunizado ante la inmigración, lo que conlleva y los sucesos que en su órbita se originan, como la posibilidad de que otras doce personas hayan muerto cruzando desde Orán o sus inmediaciones hasta Almería. Y les pongo un ejemplo que entiendo que a muchos les va a caer mal, pero he comprobado que nos alteramos más por el video de unos perros de caza que se mueren de hambre en una jaula en mitad de un campo, que por la aparición de cadáveres en las playas de Almería.

Somos capaces de organizar una millonaria operación de rescate de refugiados afganos atrapados a más de 8000 kilómetros, pero no tenemos ni las ganas ni la valentía de afrontar el fenómeno de las pateras que se da a apenas 250 kilómetros de distancia. 

Asumimos nuestra responsabilidad como país tras la chapuza afgana, pero llevamos décadas abandonando a los saharauis, españoles en su momento y aún ahora por derecho, al capricho de las tensiones que sea capaz de generar Marruecos.

Un poeta francés llamado Charles Lemesle escribió que uno de los rasgos del ser humano, sea cual sea género, es la capacidad para establecer reglas para los demás y excepciones para nosotros, y es la pura verdad, nos basta con un no es lo mismo, para convencernos de que nuestras conciencias estarán a salvo.

Menos mal, porque así todos estamos salvados, que Dios creó al hombre a imagen suya, por que así tenemos la certeza de que esto viene de antaño, aunque también puede que sea la prueba de que poco hemos evolucionado.

Total, qué mas darán doce ahogados más ¿no?

Inmunizados