sábado. 20.04.2024

Un mail enviado a todas las redacciones de medios de comunicación de Almería ha puesto sobre aviso de una crisis que abarca más allá de lo económico o la credibilidad de una organización que durante años ha sido ejemplar: “Socorro, necesitamos desesperadamente ayuda. Los socios de Verdiblanca hemos sido secuestrados por el presidente que no convoca las asambleas, aunque ya se lo hemos pedido 100 personas. Las suspendió diciendo que era peligroso por el coronavirus, a pesar de que después ha hecho otras convocatorias para el mismo espacio pero por otros motivos (Festival de cine). Y mientras tanto no tenemos las cuentas anuales aprobadas y por tanto sin registrar, y eso supone la imposibilidad de financiarnos o de obtener dinero público”.

A este grito de petición de ayuda se une que el director general de la asociación ha sido cesado en las últimas horas, de manera fulminante, según fuentes de la propia organización. Nadie sabe aún el motivo, sólo que no tenía relación alguna con el grupo que se organiza entre las bases del colectivo para recuperar la institución.

Verdiblanca representa la mayor estructura no gubernamental formada por personas con capacidades distintas, discapacidades hasta hace pocos años. Es precisamente esta asociación la que ha conseguido no sólo un cambio en la forma de ver, entender o definir a este colectivo, sino que les ha proporcionado una fuerza motriz propia basada en el mayor motor de integración, trabajo adaptado a sus capacidades. Hoy día es difícil, desde el exterior, diferenciar lo que es ong de empresa ya que proporciona empleo a más de 600 personas repartidas por toda Andalucía, aunque su plaza principal ha sido siempre Almería.

Asamblea


Aquello que a finales de los años 70 personas como José Gómez Amate o Manuel Sagredo fundaron como herramienta de defensa e integración, corre un enorme peligro según el colectivo de asociados que se ha unido para exigir una asamblea general en la que poder aprobar las cuentas, evaluar la gestión y, aprobar un presupuesto 2020 del que no saben aún nada.

Los 100 firmantes de la petición de asamblea general, número que figura en sus estatutos como argumento ineludible para obligar a mover ficha al actual presidente, el periodista Antonio Sánchez de Amo, quieren una asamblea que debería celebrarse el 11 de diciembre. Hasta han buscado un lugar acorde con las exigencias de la Covid19. 

Se espera que en las próximas horas el comité de empresa haga un pronunciamiento ante la deriva que está tomando la dirección de la asociación y, con ella, la empresa de la que dependen más de 600 familias de personas con discapacidad.

La asamblea general, en definitiva, será el escenario que pueda llevar a Verdiblanca hacia una nueva dirección que palíe los efectos de la estrategia fallida del actual presidente, el único que ha tenido la organización tras la retirada del histórico José Gómez Amate.

Los socios de Verdiblanca rompen el silencio: “Socorro, necesitamos desesperadamente...
Entrando en la página solicitada Saltar publicidad