viernes. 29.03.2024

ALMERÍA.- La Fiscalía ha mantenido su petición de 19 años de prisión por un delito de asesinato contra el hombre acusado de matar a un hombre de cuatro puñaladas y un corte en el cuello en la calle Bergantín de Almería al sostener que todas las pruebas practicadas se han mostrado compatibles con el relato ofrecido por un testigo protegido al tiempo que la coartada del investigado se ha mostrado "contradictoria" a la hora de demostrar dónde se encontraba en el lugar de los hechos.

Así lo ha expuesto el fiscal durante su informe en la última sesión del juicio antes de la entrega del objeto de veredicto a los miembros del jurado popular, quienes han asistido este martes a la declaración los agentes de Policía Científica que recabaron pruebas así como al informe de los forenses que exploraron el cadáver y los vestigios de la víctima. También han escuchado la última palabra del acusado, quien se ha mostrado "nervioso". "¿Qué es lo que quieren de mí, arruinarme la vida?", se ha cuestionado tras pedir que le hagan "más pruebas".

El Ministerio Público ha contrapuesto la versión ofrecida por el testigo protegido, que durante todo el proceso ha declarado hasta en "cuatro ocasiones" con un relato mantenido en el tiempo y "detallado" compatible además con las graves lesiones descritas por los forenses; frente a la versión del acusado, quien aseguró que el 4 de septiembre de 2019, día de los hechos, se acostó sobre las 23,00 horas mientras que su sobrina, que declaró como testigo, dijo haber estado con él hasta más de las 3,00 horas, es decir, durante el tiempo en el que se llevó a cabo el crimen.

Así, ha pedido que se descarte para su consideración el resultado negativo de las dos pruebas de ADN que se practicaron a partir de las muestras recogidas en las uñas de la víctima, que no mostraron compatibilidad con ningún tercero, ya que en base a la declaración del testigo el finado "no agarró ni hizo nada para defenderse" del ataque, que le vino por la espalda mientras que la víctima estaba en el suelo.

"Es superfluo que haya o no haya ADN. Era preciso que le arañara o agarrara con fuerza para ello y no ha quedado acreditado que la víctima se defendiera", he expuesto el fiscal ante las cuatro puñaladas que recibió la víctima, de unos 54 kilos, antes de ser degollada "aprovechando una situación de ventaja" mientras era sujetada por un brazo al hallarse "desvalida" y "desarmada" en el suelo "sin posibilidad de defenderse", conforme a la versión a la que confiere mayor credibilidad y que se ha mostrado "compatible" con la pericial forense.

En base a esta situación, el Ministerio Público ha incidido en que la ropa hallada en casa del acusado, en especial una gorra oscura y una chaqueta verde, también se correspondería con la descrita por el testigo protegido, sentido en el que ha observado la posibilidad de que la ausencia de manchas de sangre obedeciera a que el ataque se hizo desde atrás y por ello no resultara salpicado.

Del mismo modo, ha rechazado los argumentos de la defensa en cuanto a que el acusado padece alguna "enfermedad mental" puesto que no hay "prueba practicada al respecto" al tiempo que ha recordado el testimonio de algunos agentes que apuntaron al apodo familiar del acusado y su posible presencia entre los corros de vecinos que se dieron en la calle en las primeras horas posteriores al crimen.

Frente a esta postura, la defensa del acusado ha restado verosimilitud al testigo protegido en el que se basa gran parte de la acusación al entender que su patrocinado es una persona conocida en el barrio de Pescadería "porque es un barrio muy pequeño", en el que hay "trapicheo", sentido en el que ha señalado la hipótesis de que esta persona pudiera tener desavenencias previas con su cliente.

"Se ha ido directamente a crucificar a mi investigado, a acusarlo de asesinato", ha dicho el letrado para quien se le ha "intentado echar una culpa de algo que él no cometió" al acusado al tiempo que ha deslizado que uno de los testigos citados que no ha llegado a participar en el juicio por encontrarse "muerto por sobredosis" se habría estado "jactando" de haber matado a la víctima, según ha narrado.

Así, ha insistido en que las pruebas de ADN no pudieron concluir la vinculación del acusado con la víctima toda vez que la ropa que fue recogida en la vivienda "fue descartada", sentido en el que ha restado valor a que los agentes destacaran el "fuerte olor a lejía" que se dio en el baño de la casa. "Aquí no hay destrucción de pruebas", ha aseverado al respecto antes de poner en duda que dichas prendas pertenecieran al acusado.

Frente a la versión del testigo protegido, ha señalado la declaración en sala de la sobrina y un vecino del acusado, quienes explicaron que durante la tarde previa a los hechos se dedicó a trasladar y montar una cocina para, luego por la noche, permanecer en su casa.

En relación a la pericial forense, la defensa añadido además que el acusado "no es zurdo" ante la trayectoria en la que se produjeron los cortes en el cuello de la víctima, de derecha a izquierda, que según los forenses podría ser compatible con una persona zurda. El jurado recibirá este miércoles el objeto de veredicto para su deliberación.

EUROPA PRESS

Fiscalía ve "contradictoria" la coartada del acusado de degollar a un hombre y mantiene...