viernes. 29.03.2024

ALMERÍA.- No fue fácil para nadie, desde luego, pero quizá menos para él. Fue el último jugador en incorporarse a la competición de entre todas las plantillas de los catorce equipos que ‘tomaron la salida’ en la pasada temporada, lo que supuso un contratiempo más de los que la COVID-19 provocó en el club ahorrador. Javier Jiménez, internacional en una de las más potentes selecciones del mundo, olímpico además con ella, hizo lo que pudo: trabajó en la medida de sus posibilidades en su Cuba natal, en una La Habana en la que la batalla contra al virus transitaba varios pasos por atrás respecto a España. Mientras, aquí se disputaba la Supercopa sin su presencia, así como el primer partido de la Superliga. Su debut se produjo el 24 de octubre en ‘A Cachada’, jornada 4, firmando una decena de puntos frente a Boiro saliendo desde el banquillo. 

No fue fácil para el cubano, desde luego, encontrarse consigo mismo, una persona amante de su familia, a la que dejó en su país en medio de una situación delicada. Ahora todo parece distinto, con un reagrupamiento feliz en un lugar en el que todos sus miembros, juntos, han encontrado la felicidad, y en el que sabe que va a tener continuidad a su desarrollo profesional: “Renuevo con Unicaja Costa de Almería un año más porque me siento bien en esta ciudad y me siento bien en este club”. Javi no oculta que se siente “contento” por ello, viviendo una situación que cataloga de “excelente” tras hacer una demostración de que quiere seguir. Ha puesto mucho de su parte para que así sea y piensa escribir la historia de otro modo: “Yo siempre quiero más, y terminar la temporada perdiendo el último partido es doloroso”.

Por eso, lanza un serio aviso, “este año lucharé por cambiar eso conjuntamente con el equipo”, sentencia, en la misma línea que lo ha definido siempre, sin buscar para nada su lucimiento personal y apostando por la fuerza de esa palabra, ‘equipo’. No obstante, el club le ha trasladado su confianza absoluta en que será uno de los que estén llamados a ser jugadores importantes de la Superliga, sabiendo que todo lo que le condicionó el curso pasado será diferente esta vez. Un ejemplo es que podrá hacer la pretemporada completa, en las mismas condiciones que sus compañeros y rivales, algo que no pudo tener a su favor en 2020: “Es una ventaja que tengo con respecto al año pasado, porque las pretemporadas siempre son muy importantes; de ellas se obtiene la base para hacer una buena temporada”.

Sobre su papel protagonista en España, no es que no acepte la responsabilidad, es que ensalza el valor colectivo del voleibol como deporte de equipo: Sin duda, creo en el trabajo colectivo como lo más importante, y de ahí saldrá el gran resultado que estoy seguro que vamos a conseguir; no hay que perder de vista que un equipo está formado por doce o más, y todos aportaremos nuestro granito de arena”. De hecho, se muestra convencido de que este Unicaja Costa de Almería 2021/2022 será “un grupo competitivo que luche por ganar los títulos”. Además, este año se ‘cubaniza’ la competición, con el fichaje de dos de sus compatriotas de más renombre por parte de Guaguas: “Compartí muchos años con Escobar en el vóley playa, allí en Cuba, y tenemos muchas vivencias juntos, y con Yosvani compartí dormitorio varios años, así que igualmente tenemos vivencias”.

Está claro que los canarios, actuales campeones de Superliga y de Copa del Rey, “han armado un equipo con muchos nombres, pero no dejan de ser hombres”, ante lo que deja claro su mensaje: “Nosotros estaremos en igualdad de condiciones”. Un pilar fundamental para poder conseguirlo será la hinchada ahorradora y su grito de ¡vamos, verdes!, a la que dirige un mensaje fundamental para el devenir del equipo en la temporada: “Que nos apoyen los aficionados, y vamos a dar todo en el terreno de juego por lograr la victoria”. Claro está, eso será posible si la situación logra que el virus se mantenga a raya, no como lo sucedido en su primer año en España: “Lo cierto es que fue muy convulsa la temporada, solo hay que mirar que en la semifinal no hubo primer partido por culpa del virus”.

Para esta campaña que se avecina, “con las vacunaciones espero que sea diferente y que vuelva el público, que nos aclame en el Moisés Ruiz, que no haya problemas y que no tengamos interrupciones, que todo fluya bien”. Mientras que llega de nuevo el momento de ponerse a las órdenes de Manolo Berenguel y del resto del cuerpo técnico, Javier Jiménez no descuida su mantenimiento, con entrenamientos físicos diarios y buenos ratos de vóley playa. El mar, ese gran aliado del cubano, ha hecho que tanto él como su familia hundan raíces en Almería: “Sin duda, me encanta esta ciudad y mi familia está encantada también, nos sentimos familiarizados desde el primer momento con ella porque tenemos la playa, como si estuviésemos en Cuba, y porque además la gente aquí es muy fraternal en todos lados”.

Por todas las circunstancias expuestas, Javier Jiménez es a la par una renovación y un fichaje, al estar llamado a mostrar su verdadero nivel de crack mundial. Así lo va a pretender de nuevo a bordo de Unicaja Costa de Almería, tras haber sido todo un nómada del voleibol. De hecho, solo en Paok, Grecia, encadenó dos temporadas, pasando por Matanzas, en Cuba, Molfetta, en la A1 de Italia, Obras San Juan, en Argentina, y Saaremaa, en Estonia, su club de procedencia antes que Unicaja.

El vóley con ‘sabrosura’ de Javier Jiménez seguirá verde