viernes. 29.03.2024

ALMERÍA.- Desde sus primeros escarceos, cuando este deporte todavía no había roto como un referente de Almería, hasta el momento actual, Manolo Berenguel está muy cerca de las cuatro décadas completas viviendo por y para el vóley. Con todo, le quedaba algo por experimentar, y eso le llegó este sábado. Contagiado de COVID-19, junto a sus hijos, en casa, el técnico ahorrador se enfrentó a la primera derrota de Unicaja Costa de Almería desde la distancia y con la “frialdad” de la pantalla: “El deporte no es lo mismo así; en directo se vive mucho más, y era la primera vez que yo estaba en esa situación”. Es fácil imaginar su valoración: “La verdad es que las sensaciones no me gustaron demasiado, algo que durante la temporada estaba dependiendo de mí…, y sí que estábamos en contacto en todo momento, pero no es lo mismo”.

Su cuerpo técnico y él mismo movieron WhatsApp gestionando las situaciones que el partido iba dictando, pero “la toma de decisiones que se pueda hacer in situ es la mejor, porque desde la distancia no llegan tan bien, o les falta estar más ajustadas”. En definitiva, fue “una situación un poco extraña que espero no volver a vivirla nunca más”, de modo textual. Y es que, por supuesto, pasó todo el partido “sufrimiento mucho, por lo atípico de vivirlo así, y luego por cosas concretas, como en el primer set, ir ganando 21-16 y perderlo, ver cómo se nos escapa, el sufrimiento es bastante si bien en directo habría pasado lo mismo, creo”. La mente, ahora, le pide no echar cuentas “a todas las excusas que se nos pueda pasar por la cabeza, que son reales, como la falta de competición, la COVID y demás”, literalmente dicho.

Desde luego que todo eso afectó, “es verdad que fueron claves para nuestra forma de juego”, pero las traslada a los fundamentos: “Las claves de ese partido fueron el nivel de recepción y la actitud en defensa; no tocábamos un balón en defensa, y en recepción no estuvimos nada bien”. Yendo más allá, “los centrales estuvieron muy bien, y si hubiésemos mejorado un poquito en recepción, dos balones más de cada diez, con eso nos habría bastado para llevarnos la victoria, pero bueno”. En parte, y hay que tenerlo presente, aunque no sirva para el futuro, “al final, las claves fueron la falta de rodaje y, con ella, no saber cerrar el primer set, que si hubiese sido así…, otro gallo habría cantado”. Ahora llega un nuevo aprendizaje: “Llevo ya cierto tiempo diciendo a los jugadores que tenemos que asumir la derrota y gestionarla”.

Con todo, considera que no era el momento de encajarla: “Hay que saber que no habíamos competido y se podía dar el caso; es cierto, sin menospreciar al rival que pasó este fin de semana por nuestra casa, Palma, que hizo lo que tenía que hacer, sin ir más lejos, que fueron marcadores muy ajustados, gana por la mínima, y que nosotros ni por asomo estuvimos a nuestro nivel, entonces, gestionar la derrota se debe hacer como un toque de atención, porque no se pueden escapar sets como sucedió, independientemente de cómo estemos y las circunstancias que llevemos”. Berenguel recuerda que “tenemos mucha calidad como para haber cerrado ese primero y alguno más, lo demostramos en el tercero, y creo que hay que tener presente la derrota para aprender de ella, porque no era el momento de que llegara”.

El entrenador de Unicaja Costa de Almería dice que “gestionar de la mejor manera posible esta nueva situación es analizando el partido y trabajando para mejorar todo lo que se hizo mal”. La cara debe ser distinta para el próximo choque, fuese el que fuese, si bien toca visitar Gran Canaria: “Siempre están las dos lecturas, si es mejor o peor perder antes de ir; vamos con una derrota, y de la forma que ha sido sirve para ponernos las pilas antes de visitar al todopoderoso Guaguas; por otro lado, habría sido mejor ir invictos y siendo muy sólidos; no sé, al final no me gusta pensar en eso, me gusta afrontar la situación en la que se está”. Quizá es el mejor momento para la reflexión profunda: “Si se hubiese ganado, habría que analizar la victoria, ya que es cierto que antes de irnos, las victorias no estaban siendo muy contundentes”.

Exigente por propia naturaleza, el 12 de 12 ahí ha quedado, y no todo se puede ver brillante en esa trayectoria. Se ha ganado al tener una gran capacidad para hacerlo y una enorme profesionalidad, a pesar de que “no convencían demasiado, porque era muy difícil estar al cien por cien durante tanto tiempo”. Así, el cúmulo de todo es una suma que ha restado: “Le sumas el pequeño bajón ese al parón y a la COVID y ahora es como volver a empezar”. Es lo que replantea para un equipo candidato a todo, que tiene una cita especialmente atractiva el sábado: “Independientemente de la victoria o la derrota ante Palma, visitar al todopoderoso Guaguas, que sigue vivo en competición europea y está en lo más alto de la tabla por méritos propios, con un súper equipo, es una motivación enorme, y va a ser para retomar lo que se estaba haciendo antes o como punto de referencia de cómo estamos hoy”.

Lo que le quedaba a Manolo Berenguel en el voleibol