sábado. 20.04.2024

Suelos agrícolas producen emisiones de óxido nitroso suficientes como para contribuir al cambio climático

Un nuevo estudio ha encontrado que una serie de suelos agrícolas producen emisiones de óxido nitroso en cantidades suficientes para contribuir al cambio climático. Los investigadores compararon suelos con diversos contenidos de humedad y encontraron que los suelos agrícolas son capaces de generar altas emisiones de óxido nitroso en una amplia gama de condiciones ambientales, según publican en la revista 'Proceedings of the National Academy of Sciences'.

MADRID, 8 (EUROPA PRESS)

Un nuevo estudio ha encontrado que una serie de suelos agrícolas producen emisiones de óxido nitroso en cantidades suficientes para contribuir al cambio climático. Los investigadores compararon suelos con diversos contenidos de humedad y encontraron que los suelos agrícolas son capaces de generar altas emisiones de óxido nitroso en una amplia gama de condiciones ambientales, según publican en la revista 'Proceedings of the National Academy of Sciences'.

Según han probado, los suelos agrícolas mal drenados emiten una cantidad suficiente de óxido nitroso, un gas de efecto invernadero, que los efectos resultantes del cambio climático podrían superar con creces los beneficios de utilizar esos mismos suelos como medio para secuestrar carbono.

El óxido nitroso tiene un potencial de calentamiento 298 veces mayor que el del dióxido de carbono a lo largo de 100 años, según investigaciones anteriores, lo que sugiere que los esfuerzos de mitigación del cambio climático deben tener en cuenta el óxido nitroso, explica Steven Hall, profesor asociado de ecología, evolución y biología de los organismos en la Universidad Estatal de Iowa, en Estados Unidos, y autor principal del estudio.

"En este estudio, demostramos que los efectos de calentamiento del clima de las emisiones de óxido nitroso de los suelos locales de maíz y soja son dos veces mayores que el enfriamiento del clima que podría conseguirse aumentando el almacenamiento de carbono en el suelo con las prácticas agrícolas habituales", destaca Hall.

Los investigadores, los agricultores y los responsables políticos están estudiando estrategias que puedan animar a los productores a almacenar el carbono, también un gas de efecto invernadero, en el suelo, donde no puede contribuir al cambio climático.

Hall apunta que el almacenamiento de carbono en los suelos agrícolas es una táctica valiosa para mitigar el cambio climático, pero la nueva investigación indica que cualquier política de este tipo debe tener en cuenta primero las emisiones de óxido nitroso. Si no se hace así, las políticas podrían ser mucho menos eficaces a la hora de abordar el cambio climático, advierte.

En su lugar, Hall sugiere que los planes de gestión también deberían fomentar estrategias de mitigación del óxido nitroso junto con el secuestro de carbono. Entre los ejemplos de estas estrategias se encuentra un uso más preciso y eficiente de los fertilizantes nitrogenados. Los nuevos productos conocidos como fertilizantes de eficacia mejorada, así como la aplicación de biocarbón en los campos, también podrían ayudar a limitar las emisiones de óxido nitroso.

Los microorganismos del suelo desprenden óxido nitroso como subproducto cuando ciclan el nitrógeno. El nitrógeno estimula la producción de óxido nitroso, por lo que añadir fertilizantes nitrogenados al suelo tiende a provocar más emisiones.

"Si queremos maximizar los beneficios para el clima, debemos ser estratégicos --recomienda Hall--. No vamos a darle la vuelta al clima simplemente poniendo más carbono en el suelo. Las emisiones de óxido nitroso también deben ser una prioridad".

Hall y sus compañeros desarrollaron un nuevo medio de medir las emisiones de óxido nitroso de los campos de maíz y soja para ayudar a recopilar datos para el estudio. Los científicos modificaron tecnologías ya existentes para medir las emisiones de óxido nitroso cada cuatro horas.

La tecnología utiliza pequeños contenedores colocados en varios lugares sobre el suelo de las granjas de investigación de la ISU en el centro de Iowa. Los contenedores bombean muestras de aire a una nave central donde un analizador mide automáticamente el contenido de óxido nitroso. Este método no se había utilizado antes para medir el óxido nitroso, y Hall recuerda que tuvieron que diseñar el sistema para que soportara las condiciones de humedad que suelen darse en los campos agrícolas.

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