Regresan a sus casas las últimas familias
ALMERÍA.- El Ayuntamiento de Almería, a través de la Gerencia de Urbanismo, ha autorizado el regreso a sus casas a la totalidad de los vecinos desalojados en Cuevas de las Palomas, en La Chanca, como consecuencia de los desprendimientos ocurridos sobre la zona el pasado 26 de abril. La orden se ha autorizado una vez se dan las circunstancias necesarias que garantizan la seguridad de las viviendas afectadas directamente por el derrumbe de parte de la ladera, protegidas además por el anillo de seguridad que se ha dispuesto alrededor de las mismas a través de una rede metálica.
En paralelo y como parte de las obras de estabilización y refuerzo de la ladera se han dispuesto redes metálicas sobre las zonas más inestables de la lacera, anclajes y tensores para afianzar el terreno y evitar así la posible caída de piedras y otros elementos asentados sobre el talud.
“Una vez los trabajos realizados han alcanzado el grado de desarrollo necesario, garantizando la seguridad de la zona, procede el realojo de los residentes desalojados de las viviendas, que sigue al anterior realojo decretado hace apenas un mes de las viviendas ubicadas en las manzanas del entorno de las calles Valdivia, Rioja y Pleamar, dentro del perímetro de seguridad decretado el pasado mes de abril”.
Castellón ha recordado “la complejidad y dificultad de unos trabajos que se siguen desarrollando sobre la ladera tras los desprendimientos en altura que se produjeron”. A esta situación ha añadido, como concluye el informe realizado por la empresa ‘Paramassi’, encargada de los trabajos de estabilización y con experiencia en el tratamiento de taludes y laderas y en la realización de trabajos en vertical, “la propia acción del hombre”, como causa más que probable de la situación que allí se ha producido, “ya que se advierten numerosas oquedades y brechas sobre el terreno, producidas de manera artificial”.
Desarrollo de los trabajos
El edil ha recordado la inversión de cerca de 300.000 euros que el Ayuntamiento de Almería asume, con carácter de emergencia, para solucionar una situación de la que, por suerte, no ha habido que lamentar daños personales, simplemente materiales. Ocurrido el derrumbe y tras ordenarse la ejecución material, con carácter inmediato, de todas aquellas medidas necesarias para garantizar la seguridad de la zona, como primera actuación se llevó a cabo la construcción de un lecho de piedra con objeto de amortiguar la caída de elementos que se encontraban sueltos en la zona del derrumbe. De forma simultánea se llevó a cabo la inspección de otros grandes fragmentos de roca existentes en la ladera, procediéndose a su estabilización y anclaje a zonas seguras.
Posteriormente, se ha llevado a cabo la ejecución de una barrera dinámica destinado a proteger la zona, tanto de los fragmentos que pudieran desprenderse de la ladera de forma espontánea, como los que pudieran generarse durante los propios trabajos de aseguramiento o demoliciones contraladas para la reducción de las piedras que se han seguido durante este tiempo.
Drones
Para un mejor seguimiento de los trabajos ejecutados y con el objetivo de anticipar posibles nuevos desprendimientos, como consecuencia del estado del talud, la empresa que ha desarrollado estos trabajos ha empleado incluso en esta labor drones que han sobrevolado las zonas inaccesibles o de difícil acceso. Explican los responsables de la empresa 'Paramassi' que el uso de estos vehículos no tripulados, dirigidos por control remoto, en el tratamiento de taludes, “tiene numerosas ventajas, entre las cuales cabría destacar la alta calidad de las imágenes, la reducción de riesgos y de costes, en la obtención de información relevante en tiempo real que podrá servir para determinar en qué estado se encuentra la ladera en aquellas zonas que no han podido ser aún inspeccionadas”.
