jueves. 25.04.2024

Un chiste de Economía

Francisco Mancera

 “… Un físico, un químico y un economista han naufragado en una pequeña isla. Lo único que tienen es una lata de conservas. El físico propone: “... teniendo en cuenta la posición del sol y la sombra que proyecta esta palmera podemos concluir que su altura es de  X metros; si accedemos a los más alto de ella y lazamos con una fuerza  Y la lata contra esta roca, se abrirá...”; el químico dice: “... teniendo en cuenta el índice de salinidad de las aguas de la zona y la proyección de los rayos solares sobre la superficie, si colocamos la lata bajo el agua durante  X tiempo, la corrosión debilitará la lata y...”; el economista dice: “... supongamos que tenemos un abrelatas”  …”

La economía estudia el problema de la producción, donde los ingenieros y químicos tienen mucho que decir, y el problema de la distribución de esa producción. De hecho la forma en que se distribuye influye, y mucho, en cómo se produce. En nuestro chiste, nuestros náufragos harían bien en preguntarse cómo se van a repartir el contenido de la lata. No es tan fútil la pregunta que el economista no acaba… ¿Cómo nos repartimos su contenido?

1.-  ¿De forma equitativa? En tres partes iguales... el físico y el químico probablemente preferirán que sea el otro el que la abra y evitarse así, las molestias y el esfuerzo de abrir la lata. ¿Para que sudar si voy a comer lo mismo?

2.- ¿En función de su participación en el proceso productivo?... entonces todo  el contenido irá al físico o al químico, a aquel que consiga abrirla.

3.- ¿Y si hay un propietario de la lata? Por simplificar, imaginemos que la lata es del economista. El propietario de los “medios de producción” entabla negociaciones con los “trabajadores”; dueños únicamente de su fuerza de trabajo y de su hambre. Negocia con el físico el sueldo por abrir la lata. Como el físico tiene mucha hambre y no hay otra forma de comer algo… acepta hacerlo a cambio del 25% del contenido. El economista, para evitar problemas, negocia con el químico contratarlo como vigilante. Como el químico tiene mucha hambre y no hay otra forma de comer algo… acepta, a cambio del 25% del contenido de la lata, vigilar  y evitar que el físico se quede con todo el contenido. El 50% restante será para el economista, en concepto de “justo beneficio” o “excedente alienante”, el nombre que elijamos para la porción que le corresponde es irrelevante y dependerá de nuestra ideología.

¿Cómo no me va a gustar la Economía? si es la única rama del conocimiento que especula como la Ciencia Ficción.

¿Qué se hará con lo obtenido tras mucho sacrificio? De forma magistral la película, Descifrando Enigma (The Imitation Game, 2014) dirigida por Morten Tyldum aborda esta cuestión.  La película narra la vida de Alan Turing (interpretado por Benedict Cumberbatch) durante la II Guerra Mundial  centrándose en el tremendo esfuerzo que costó al equipo de ingleses, capitaneados por el matemático Turing, descifrar el código encriptado de comunicaciones de los alemanes.  Lo impactante es lo que el alto mando inglés decide hacer con ese descubrimiento. Descubrimiento que le daba una ventaja táctica insuperable: conocer de ante mano los movimientos del enemigo. Sin embargo, el alto mando decide no aprovechar todas las oportunidades y así evitar que los alemanes descubriesen que habían descifrado la encriptación de sus comunicaciones. Estrategia que condenó a muerte a miles de soldados y civiles ingleses, a pesar de que se podría haber evitado pues conocían con antelación los objetivos que iban a atacar los alemanes. Un alto sacrificio en aras de la victoria final aliada.

Sin el dramatismo de la guerra, la Economía nos permite resolver planteamientos como:  ¿Qué haríamos si descubriésemos la cura del cáncer? ¿Curaríamos  a todos los enfermos?  O, al igual que el alto mando inglés, ¿la administraríamos a unos si y a otros no? La economía responde a estas preguntas, y no con una única respuesta como algunos nos quieren hacer creer. La actual respuesta a la pregunta sobre el cáncer es la segunda… como bien saben los enfermos de Hepatitis C en España. El ministerio de Sanidad condena a muerte a miles de enfermos españoles, a pesar de poder evitarlo pues existe el Sovaldi. Un alto sacrificio en aras de la victoria final del capitalismo. Este asunto lo traté enn mayor profundidad hace dos semanas.

Sin duda todo un chiste, preguntar qué pasaría si tuviéramos un abrelatas o la cura para el cáncer.

By PacoMan

Para saber más sobre sobre la solución del Ministerio de Sanidad a la hepatitis C, seguir el enlace al artículo de hace quince días: FARMACEÚTICAS, NUESTRO TRADE OFF

http://www.teleprensa.com/almeria/farmaceuticas-nuestro-trade-off.html#.VN3fUsLQyT8.twitter

 

Para saber más sobre Economía y Ciencia Ficción.

http://grupolipo.blogspot.com.es/2013/10/juegos-de-rol-ciencia-ficcion-y-teoria.html

 

 

 

 

 

Un chiste de Economía
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