jueves. 28.03.2024

Sacrificar la familia del toro Lorenzo

Francisco Mancera

Esa parece ser la costumbre. Sacrificar la reata de Lorenzo, el toro de la ganadería Los Maños que mató al torero Víctor Barrio el sábado 9 de Julio de 2016 en la plaza de toros de Teruel, desde un punto de vista económico es un sinsentido.


El público que paga por ver corridas de toros espera que con una cierta probabilidad el toro cornee al torero y admitámoslo, con otra determinada probabilidad que la cornada sea mortal. Fenómenos como el de José Tomás se cimientan en estas expectativas de sangre. No quiero decir que el éxito de Tomas se debiera a la facilidad con que lo corneaban los toros. Pero si, que existe una fuerte componente de morbo en las faenas donde la cogida se palpa en el ambiente... no en vano somos descendientes directos de los romanos que iban a "su fiesta nacional": las luchas a muerte de gladiadores.


En la base de la costumbre del sacrificio de los bovinos consanguíneos del toro “matador” se encuentra la creencia de cierta predisposición genética al asesinato de humanos. Lo que en ocasiones en el mundo del toro es una bendición.


A partir de 2006 la expectación que suscitó el famoso toro Ratón (2000-2013) de la ganadería Gregorio de Jesús, se concretó llenando de público los encierros en los que participaba. Tanto es así que su cache (bueno el que cobraba el ganadero) se disparó hasta por 15 veces el precio usual. ¿Y a qué se debió su fama? Básicamente a que mató tres personas en tres encierros distintos. ¿Eso desalentó al público de estos festejos? No. ¿Se desalentaron los recortadores o corredores a ponerse delante de los cuernos de Ratón? No. No sólo no se desalentaron sino que acudían en masa: público y mozos a los festejos donde Ratón participaba. Su ganadero lejos de sacrificarlo a él o su reata, llegó a hablar incluso de clonarlo. Cabe recordar, que no hace ni cinco años los encierros de Ratón eran noticia en los telediarios.


No hay que ser muy osado, ni muy imaginativo para extrapolar este fenómeno económico del toro de encierro al mundo de la lidia. Los hermanos y sobrinos de Lorenzo generarían gran expectación: aumentado la afluencia de público a las plazas, posiblemente no el público más selecto, ni el más entendido, pero público al fin y al cabo. El propietario de la ganadería Los Maños obtendría un mayor precio por los astados consanguíneos de Lorenzo. Y si el público llenaría las plazas, no faltarían los toreros dispuestos a torear “asesinos de hombres”, como no faltaron ni recortadores, ni público a ver a Ratón el “asesino de hombres”. Por qué esa es nuestra naturaleza. Por eso sería un sinsentido sacrificar la reata de Lorenzo.

By PacoMan

Sacrificar la familia del toro Lorenzo
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