miércoles. 24.04.2024

¿Qué me tendrá reservado el destino?

Teresa Antequera Cerverón

El hombre puramente intelectual y racional no posee la inteligencia, la fuerza de la conciencia despertada. En el todavía está oculta en su mayor parte la inteligencia divina, el Logos que sabe de todas las cosas, que eleva al hombre a la sabiduría verdadera y a la ética y moral elevadas, a la vida desinteresada.

En esta vida a unos les afecta el destino, que es la causa que hasta ahora estaba latente y que se ha hecho efectiva. Otros sin embargo caminan aparentemente por la vida terrenal sin preocupación, sin que les afecten las causas que quizás todavía yacen en sus almas. Esto hace que un hombre a pesar de su alma ensombrecida pueda poseer en esta vida todo lo que desee, pueda satisfacer todas sus apetencias y sea de la opinión, por tanto, que los buenos espíritus están de su lado, lo que no significa que sea así a pesar de que su vida terrenal todavía no demuestre ninguna carga.

Un hombre que por el momento no reconoce los efectos de las causas que todavía descansan latentes en su alma, puede a pesar de ello trasformar su vida terrenal de forma provechosa para el desarrollo de su alma, sí vive y actúa según el mandamiento del amor desinteresado. Lo bueno que realice y cumpla se reflejará como luz en su alma y podrá iluminar muchos ensombrecimientos que yacen todavía en lo profundo de la misma; incluso podrá disolverlos parcial o totalmente. Este hombre ya no tendrá que sobrellevar ni sentir todos los efectos que surjan

¿Qué me tendrá reservado el destino?
Entrando en la página solicitada Saltar publicidad