jueves. 28.03.2024

Javier Salvador, teleprensa.com

El verano, que normalmente es temporada de calma chica política porque sus señorías descansan, viene con una ola de calor que va a generar un efecto climático descomunal. Las emisiones de CO2 que vamos a sobreproducir, si atendemos a la de horas que estarán funcionando los aires acondicionados de algunas sedes de partidos y ayuntamientos, pueden provocar un otoño gélido y cargado de tormentas si Vox cumple su amenaza, por una parte, y Ciudadanos se pliega a lo que sus socios europeos y demás padrinos nacionales quieren, por la otra. La víctima puede ser un Partido Popular que vendió demasiado a prisa, sin cautela alguna, unos resultados que no le hacían ganadores pero que inmediatamente se apropiaron como suyos.

Llegados a este punto ha que entender que, frente a la caída generalizada de los votos de la derecha en todas partes, Almería tiene unos ejemplos un tanto especiales que vale la pena analizar, porque pueden marcar su senda de recuperación después de la crisis que se le avecina.

Almería capital es un ejemplo de ello. El PP de Fernández Pacheco no sólo ha aguantado el golpe, sino que ha encontrado un nicho de votantes con los que no contaban. Dicho de otra manera, el PP de Rodríguez Comendador, anterior alcalde y ahora ex senador, no habría pasado de los ocho o nueve concejales que daban los análisis, lo que quiere decir que el chaval al que dejó en su lugar le ha mejorado la base electoral a su partido en la capital.

Pero si Almería merece un elogio, en lo que respecta a resultado político, El Ejido casi que obliga a una ola. Frenar a Vox en un municipio que ya daban por ganado ha sido mucho más que una gesta singular. Y la primera consecuencia es que al igual que Níjar, salva de la quema la imagen de su sector económico principal en el mercado europeo, donde no hubiesen visto muy bien que su despensa hortícola compartiese origen con una formación de extrema derecha.

Obviamente los buenos resultados de estos dos puntos tienen una lectura contraria para sus adversarios. En el caso de Almería no falló tanto la candidata del PSOE como el planteamiento de campaña, porque la decidida apuesta por una mujer en un momento político tan preciso como éste no era ni mucho menos una mala opción, pero no saber aprovechar la corriente que venía del modelo general de intención de voto ha sido sencillamente para hacérselo mirar.

En el caso de El Ejido Vox ha pagado la inexperiencia en la construcción de mensaje, porque venirse tan arriba con meterle miedo a los demás, termina generando terror entre sus propios correligionarios. Hay que tener en cuenta que el 90% de esos votantes vienen del PP, pero antes de ahí votaban PSOE cuando no eran tan ricos ni necesitaban tanto de las administraciones y sus ayudas para poder mantener su nivel de ingresos. Dicho de otra manera, un agricultor no puede votar a un partido que le quiere cantar las cuarenta a la misma Europa que le subvenciona hasta el aire que respira.

Si Vox quiere hacer algo en el panorama político necesita despegarse del PP y templar su mensaje para intentar sustituirles y no ser su comodín, pero entonces nos encontramos con que los populares pueden encontrarse con la verdad de su resultado electoral en frío. Y eso, se lo aseguro, hace mucho mas daño. Muchísimo mas.

Ola de calor político