martes. 23.04.2024

Mortadelo Miedoso

Juan Antonio Palacios Escobar

Nuestro personaje no era, ni por asomo, uno de los protagonistas de las historietas humorísticas creadas por el genio de Ibáñez. Su vida no era la de un detective atrevido sino la de alguien tremendamente inseguro y miedoso, tal como rezaba su apellido. Además se escudaba todo el día delante de la pantalla de su ordenador o de su móvil como si huyera de las relaciones con el resto del mundo.


Mortadelo, no solo sentía pánico ante cualquier situación, sino que además lo proyectaba en los demás. Y no era raro. verlo alardear de sus logros , de lo bueno e inteligente que era , para convencerse y sobre todo hacer ver a los demás que era el mejor , y por tanto que su miedo, era un invento de los otros.


Procuraba huir de la oscuridad al igual que de los desconocidos, y desde pequeño jamás se había acostumbrados a dormir solo. En esa dificultad para relacionarse le costaba mucho hacer amigos., y los pocos que conseguía se irritaban por esa permanente desconfianza en sí mismo y en los demás.


Desde muy pequeño, los sueños transformados en pesadillas, habían dominado su vida, y también desde edad muy temprana presumía de una humildad, que no era sino una forma disfrazada de hacerse notar, de regodearse en lo sencillo y generoso que intentaba aparentar pero que no era.


Siempre andaba quejándose de que la vida le había sido adversa, que estaba llena de fantasmas, monstruos y otros seres imaginativos, que le perseguían, allí donde quiera que fuera. Todo le asustaba y suponía una amenaza.


No era capaz de relajarse y sentirse a gusto en ninguna circunstancia ni tampoco de probar experiencias nuevas. Su iniciativa era cero y normalmente cuando tenía que tomar alguna decisión era víctima de una parálisis que le impedía moverse.


En ese estado era más victima que verdugo, y se enredaba en cosas irrelevantes que le ponían muy nervioso, no siendo capaz de ordenar su mente y clarificar sus ideas, terminando por liarse entre milongas y paripés, entre lo que pervive y lo que desaparece.
Necesitaba ver las cosas con más claridad, y no podía tomar decisiones desde aquella soledad impuesta que ni le servía para reflexionar ni para marcarse nuevos objetivos., sino solo para perderse entre ruidos y voces que solo le provocaban más miedo.


A Mortadelo, todo le parecía imposible, y casi todo el día se sentía triste y envuelto en la capa de la depresión No podía aprender nada nuevo ni adquirir una perspectiva distinta, porque era incapaz de escuchar a los demás. Necesitaba salir de la rutina y superar la melancolía.


Debía abandonar su lado egoísta y colocarse en el lugar del otro, sin señales frenéticas y sin aburrimientos que nos envejecen. Lo de Mortadelo era grave, pues si bien el miedo es necesario y es una emoción, sin la cual tal vez no podríamos vivir, ya que una vida sin sentirlo, quizás sería nuestro peor enemigo, en el caso de nuestro personaje resultaba patológico.


A nuestro protagonista, no le había servido solamente para sobrevivir en muchos momentos, sino que le hacía sentirse mal y le provocaba una gran ansiedad y le impedía hacer algo nuevo por sus propios medios, desde estar entre una multitud, conducir un automóvil, enamorarse, hablar en público, envejecer o ver la sangre propia o de otro.
El mundo de Mortadelo, era un escenario lleno de problemas, que le impedía disfrutar de sus posibilidades y oportunidades.

Mortadelo Miedoso
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