sábado. 20.04.2024

El jugador da un salto al comienzo del partido

ALMERÍA.- “He elegido muy bien, es un gran equipo, con muy buenos jugadores, y la ‘comisión técnica’ también es muy buena, estoy ‘encajado’ muy bien aquí, y por eso estoy muy contento”. Serio como forma de ser, que no en el rostro, que no en el alma, Matheus Alejandro Hoffmann confiesa haberse adaptado “muy rápido”, más incluso de lo que pensaba, pero es algo acorde a su referida personalidad un tanto reservada, aunque más todavía a ser extremadamente profesional. Solo hay algo que por el momento sigue intentando dominar, y es el tacto con un balón que es ‘extraño’ para él sabida su trayectoria exclusivamente desarrollada en Brasil: “Tengo un poco de dificultad en mi saque para adaptarme a esta pelota, distinta de la Mikasa, pero poco a poco voy a coger el ritmo normal mío con el que estaba en mi país”.


Esto viene a colación de su aportación sobre la cancha de juego, en la que se ve su capacidad rematadora, sumada al portentoso bloqueo que presenta y la intimidación que provoca por su envergadura: “Si puedo ayudar en todas las facetas del juego y atacar también, ¡claro!”. Sus números son buenos, clave en anotaciones de partidos importantes, si bien se fija más en lo que tiene que seguir puliendo: “No lo he mirado muy bien, pero creo que sí hice bastantes puntos; me importa más que hubo errores, pero así vamos, mirando para bajarlos y que sea mucho mejor”. Y es que en muy poco tiempo ha diluido la ambición personal en el interés por el grupo, sintiéndose totalmente identificado con el club: “Lo que quiero es ganar el título, nada más, no necesito demostrar nada, solo necesito salir campeón en España, salir con el título”.


Hablando de si en tercera persona, lo deja más claro aún: “¿Matheus cómo jugó?, bien, ¿ganó?, no… eso no es bueno para mí, así que quiero que digan ‘a Matheus ¿cómo le fue?’, muy bien, ganó el título español; voy ‘a full’, con todo, lo quiero, lo tengo muy claro”. Para ello tendrá que superar a un Teruel del que no conoce casi nada todavía, “algún partido, pero muy poco”. Tan solo sabe a ciencia cierta que no hay mejor momento que una final: “Me encantan las finales, los partidos que todos los jugadores quieren jugar; pasamos un año entero entrenando, jugando y jugando, primer turno, segundo turno, play off… para llegar a este momento, que es el más bonito para un jugador, así que tengo la certeza de que tanto ellos como nosotros vamos a ir con el máximo que tenemos; van a ser grandes partidos, segurísimo”.


Algo que tampoco conoce, por motivos obvios, es el ambiente de Los Planos, pero incluso antes de tener ninguna referencia, parece adelantarse a los acontecimientos que puede vivir en el recinto turolense: “Estoy acostumbrado a esta situación porque me encanta jugar fuera, no sé el porqué, las personas gritando, hablando… creo que me ayuda a estar siempre con rabia para jugar, me encanta jugar fuera, no tengo problema con los pabellones, me encanta, no hay problema”. Dicho esto, se le advierte precisamente de la intensidad puesta desde la grada naranja, y se le ve iluminada la cara: “En Brasil hay cosas increíbles, la torcida de Sada Cruzeiro es de fútbol; estoy acostumbrado tras nueve años jugado la Superliga Brasileña y lo que espero entonces, un gran pabellón con una torcida que grita mucho; me encanta”.


Para él comenzar fuera no es inconveniente, sino más bien una ventaja, lo que el central brasileño ‘trabaja’ mentalmente con sus compañeros: “Estoy intentando, con la dificultad que el equipo tiene para jugar fuera, que no se vea así; con algunos que tengo más próximos hablo para intentar ayudar, ‘mira, vamos juntos, estamos bien, vamos, es un sitio distinto, pero el voleibol es igual’, y así ya se ha demostrado en la pista de Ibiza”. De hecho, ni el propio Matheus había vivido algo similar: “En algún Mundial sí, porque se juegan 7 partidos en 8 días y entonces tal vez sí, pero diez sets en 24 horas, con un partido de casi tres horas, que fue el primero, no, seguro que no; para mí fue increíble, y después del primer partido fui al hotel y hablándome a mí mismo me dije ‘mañana no consigo hacer nada, seguro, que dios me ayude’; estaba muy, muy cansado, fue un desgaste físico y psicológico muy fuerte”.


Pero sí, jugó al día siguiente y se cumplió el objetivo: “Finalmente tuve la capacidad para recuperarme, entrenar por la mañana también, y después otro 3-2 fuerte”. Con ello queda la satisfacción de repasar que fue una semifinal “muy buena contra un gran Ibiza que tuvo momentos increíbles”. Más en profundidad, “supo aprovechar los errores y mira cómo de largos fueron los partidos, los dos en casa de ellos; es un gran equipo, pero nosotros supimos ser eso, un equipo, tuvimos momentos algo buenos pero también momentos muy bajos, y subimos volver al máximo nivel, lo que para mí es importantísimo, esta vuelta al juego, estar mal en un set y volver en el otro bien; para mí, el equipo tiene que tener capacidad de volver al juego cuando no está bien, es muy importante”.


Jugó con los dos colocadores “muy cómodo, porque son grandes ‘levantadores’ y es muy fácil hablar con ellos sobre las jugadas, ‘a mí me gusta así, vamos a hacer ‘asao’, vamos a hacerlo de la otra manera, mejor más alta, o más baja…’, los dos son muy receptivos y es muy sencillo trabajar con ellos”. Estos días de parón, todo un alivio: “Sí, prefiero descansar, estoy muy destrozado; la semifinal fue difícil y con un gran desgaste físico; necesito esta semana de recuperación y volver a respirar”.

Matheus, cara iluminada al saber cómo es Los Planos
Entrando en la página solicitada Saltar publicidad