viernes. 19.04.2024

Luces difusas

Juan Antonio Palacios Escobar

Las distintas religiones e Iglesias Oficiales, son como luces difusas que se ven a lo lejos a  través de los ventanales, pero conforme te vas acercando la cosa es muy distinta.  En todas partes cuecen habas pero como  llegar a todos sitios sería imposible y no podemos hablar de todos los entramados de las diferentes creencias y sus respectivas estructuras, nos centraremos en aquella  que más conocemos  y a la que pertenecemos  voluntaria o circunstancialmente, la nuestra, la Católica.

Bueno, el decir de la nuestra resulta curioso, ya que la inmensa mayoría no están por un acto voluntario, como quien pertenece a un Partido político, sino por la fuerza de la inercia. Te apuntan, te bautizan, y te hacen la Primera Comunión.  

En verdad que si desde la Psicopatología hiciéramos un macro estudio sobre los dementes manipuladores de individuos y colectividades, los dirigentes de las Iglesias, credos y sectas ocuparían, sin lugar a dudas, el primer puesto del ranking. Sin ir más lejos, en lo que denominamos la nuestra hay algunas cosas, que por mucho que te la expliquen, no logras entenderlas.

 Alguien es capaz de darme argumentos convincentes sobre un cambio radical, tan extremo como el Díos del Antiguo testamento y el del Nuevo, si al fin y a la postre eran el mismo  o porque muchas de las cosas  que se dijeron sobre la vida de Jesús, ahora se están demostrado que no eran ciertas. Además cualquiera con una poquita sesera  se preguntará si su misión era tan importante, ¿Por qué no dejaron nada por escrito?

Y otra pregunta que nos hacemos todos los que tenemos inquietudes, es el por qué si los Evangelios fueron inspirados por Díos, están tan llenos de contradicciones y fallos históricos. Si Díos es infalible no puede ser a la vez tan ignorante.

Hay estudiosos que se preguntan porque existe tanto paralelismo entre las figuras de Buda y Cristo, y por qué si en ningún  lugar se identifica a Jesús  como soltero, la Iglesia Católica así lo considera e impone a sus sacerdotes el celibato.

Las luces se hacen más difusas cuando leemos que la Iglesia Católica justifica, en su catecismo, la pena de muerte , o instituye la Eucaristía y todo el ritual de la misa a partir de un simple brindis que hizo Jesús y cuyas palabras se malinterpretaron por la Iglesia.  

Tal vez una de las cosas que más nos llama la atención a la gente de bien con valores, principios y convicciones, el por qué la Iglesia ha ido acumulando tantas riquezas basándose en documentos falsos y sin ponerle remedio a la pobreza, sobre todo a la infantil.

Y en la Iglesia contemporánea hay tres  cosas que provocan indignación, la cercanía de algunos ministros de la misma al poder corrupto y autocrático  de algunos dictadores, sin ir más lejos, en nuestro País muchos pelotones de fusilamiento iban acompañados de la cruz, o la Ley Aznar por la que cualquier bien inmobiliario no registrado podía ser inmatriculado  por la Iglesia.

O como a lo largo de las últimas décadas se han cometido enormes errores por permitir que algunos sacerdotes  hayan violado y acosado sexualmente a miles de niños y se puede pedir perdón, pero con eso no basta, el daño producido jamás se reparara. Y ante todo lo que parece un alegato contra las Iglesias, siguiendo lo que decía Karl Marx de “la Religión es el opio de los pueblos”, se nos dirá que creer  es una cuestión de fe , mientras que otros pensamos que necesitamos ver para creer., sino jamás tendremos confianza en quienes predican una cosa y hacen justo la contraria.

Luces difusas
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