martes. 19.03.2024

Una garantía de calidad. La publicación del Real Decreto 85/2018 por el que se regulan los productos cosméticos ha supuesto un cambio en la elaboración de productos cosméticos en la farmacia, simplificando los trámites y planteando nuevas expectativas en el sector. Por ello, el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Almería ha celebrado recientemente una jornada formativa para dar a conocer todo lo relativo a este tema. Las autorizaciones, instalaciones, requisitos y otras especificaciones. La sesión fue impartida por Manuel E. García Fernández, vocal de Dermofarmacia del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Málaga.

“Para el consumidor, saber que el cosmético está realizado por un farmacéutico, le da un valor añadido a si lo hace otra persona que no conoce la situación fisiológica o posibles patologías concomitantes que tenga la persona”, destaca García Fernandez, que no dudó en “animar a los farmacéuticos a que afronten el reto porque ahí hay una vía muy demandada en los últimos tiempos. Ahora se tiende mucho al producto personalizado, esto no son fórmulas magistrales, que no tiene nada que ver, pero que sí se pueden personalizar al máximo para el cliente en función de sus necesidades y el conocimiento que tienen los farmacéuticos de sus usuarios habituales”, recuerda.

Los cosméticos se definen como preparados químicos que se aplican sobre las partes superficiales del cuerpo humano. Por su propia naturaleza, estas sustancias contenidas en los cosméticos pueden cederse, interactuar con las partes con las que entran en contacto y absorberse. Esta es la base de acción de los cosméticos sobre distintas partes de la anatomía. Desde la piel, al cabello, pasando por los dientes o mucosas bucales. Pero este contacto puede también dar lugar a efectos contraproducentes o, incluso, no deseados, comoirritación, sensibilización, toxicidad o infecciones de mayor o menor grado, en el caso de cosméticos contaminados.

Por ello la legislación de los productos cosméticos tiene como principal objetivo garantizar la ausencia de riesgos para la salud con el uso de estos productos, un objetivo en los que el profesional farmacéutico puede desempeñar un papel de control y calidad.

Los farmacéuticos almerienses revisan la elaboración de productos cosméticos
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