jueves. 25.04.2024

Javier Salvador, @jsalvadortp

La verdad es que ni me apetece ni me interesa mucho escribir sobre la guerra que se ha montado en el PSOE de Almería capital para saber quién la tiene más larga, y no sean mal pensados porque me refiero a la lista de afiliados dispuestos a votar en las inminentes primarias que tienen que decidir qué candidato o candidata representará las siglas de su partido en la batalla de la alcaldía de Almería. Y confieso que me apetece muy poco porque sí que tenía la esperanza de que en esta ocasión sí que borrarían del mapa de las municipales de la capital al PP de Amat, Aureliano, Matarí y tantos otros que no es que nos aporten mucho valor como ciudad o provincia. De hecho, creo que nunca lo han tenido tan cerca ni tan fácil, y lo esperaba no por una cuestión de ideología sino de lucha contra la tiranía, y por ello esperaba que los que ahora están pasasen a la oposición una larga temporada. No me gusta la gente mala o la mala gente y por eso los quiero fuera de cualquier influencia en una ciudad, una provincia, cansada de perder trenes y que merece mucho más de lo que tiene a día de hoy.

El PSOE se vuelve a equivocar en el momento al introducir ahora una guerra entre susanistas y sanchistas que sencillamente no toca, porque la caída del PP, la subida de Ciudadanos y la división de voto entre IU y Podemos a la espera de ver lo que hacen y qué ideal representan, aderezado con un poquito de la normalmente perversa ley D'Hondt, podían convertir a los socialistas en la lista más votada sin apenas despeinarse. Dicho de otra manera, estaban y aún lo pueden mantener, a las puertas de un pacto de gobierno que le vendría muy bien a esta ciudad.

No les puedo hablar mal de Adriana Valverde, la supuesta candidata del que fuera alcalde de la ciudad Fernando Martínez y jefe de los socialistas capitalinos, porque sencillamente lo poco que he tratado con ella no da para tanto y las veces que me han hablado de cómo es, lo han hecho francamente bien, y no se lo pierdan, esa persona no fue otra que su contrincante, Juan Carlos Pérez Navas. Y de hecho conociendo al sujeto si volviese a preguntarle estoy seguro de que lo seguiría haciendo, una virtud que yo siempre he entendido como una de sus mayores debilidades, su incapacidad para exteriorizar genio, de llamar a un alcalde accidental por su nombre, que no es otro que total inútil de pacotilla. Pero ese es Navas, puro legado del difunto Santiago Martínez Cabrejas, que lo moldeó a su imagen y semejanza. Un tipo de barrio que nunca entrará al trapo en lo malsonante.

Lo que no entiendo de esta guerra es que fueron precisamente Fernando Martínez, Nono Amate y toda la camarilla del PSOE de antaño la que tiró de Navas para las anteriores elecciones, y en ese momento ni tan siquiera les importó que fuese tan senador como en estos momentos.

Ahora, justo ahora que lo tienen al alcance de la mano, cuando la alcaldía puede volver al PSOE después de quince años “sin comerse un torrao”, y con el tipo que es la viva imagen política de aquel que les situó al frente de la ciudad durante dieciséis años, doce de ellos consecutivos, es cuando se ponen a darse cornadas entre ellos. 

Pero que suerte tiene este PP de Almería.

El PSOE vuelve a apartarse de lo que su propia gente esperaba de ellos, y el caso es que esta situación me ha llevado a recordar unas frases del discurso de nada menos que Nicolás Salmerón y Alonso en su toma de posesión como presidente del Congreso (si soy un friki al que le gusta leer discursos) que si lo aplicamos al entorno local, les vendría que ni pintado para reencontrar o saber dónde están. Dirigiéndose a sus compañeros y hablándoles de lo que se esperaba de ellos, Salmerón les dijo:  “tenemos que cumplir una misión más alta que la de servir y favorecer los intereses y las aspiraciones del partido republicano, es necesario que por nuestra conducta, por nuestras obras, por el bien que a nuestros adversarios mismos deparemos, lleguemos a ser de hecho, en la realidad, la representación genuina de la nación. Haced que las Cortes, que hasta ahora parecen la representación exclusiva del partido republicano federal, lleguen ser las Cortes de la nación española, y que las clases conservadoras tengan que agradecernos el haber amparado sus propios intereses tan bien como si aquí hubieran tenido una fuerte y poderosa representación: ¿qué misión mas santa, más augusta, se ha encomendado jamás a ningún partido político?"

Pue eso. Y ahora viene lo bueno, porque creo que éste lo leí en una recopilación de discursos de Salmerón, escrito nada menos que por Fernando Martínez, el mismo que hoy tiene una candidata alternativa a un Navas a las puertas de la alcaldía de Almería.

La clave está en la alcaldía de Almería
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