viernes. 29.03.2024

Elena Torres, teleprensa.com Almería

No termino de entender la estrategia con la que el PP trata de hacerse con el Gobierno en Andalucía. Su campaña de ‘hacer sangre’ con el caso ERE y ya de paso con quienes fueran presidentes andaluces Manuel Chaves y José Antonio Griñán, para quienes piden ‘condenas ejemplares’, ha sido tirada por los suelos cuando no vapuleada en sus propias filas tras fallecer la que fuera alcaldesa de Valencia durante 24 años Rita Barberá. Esa muerte tan inesperada y en pleno proceso judicial por blanqueo de capital, levantó las conciencias de muchos que, como la diputada Celia Villalobos, entendieron que existe una persecución desmedida hacia algunos políticos y no le importó reconocer el ‘maltrato’ que a su juicio no sólo sufrió Barberá sino también sufre el mismo Chaves. Claro que aunque ella cargó especialmente las tintas contra los medios de comunicación, lo cierto es que en muchas ocasiones, la gran mayoría de las veces, la prensa no es más que el altavoz de otra voces y cuando se trata de política es precisamente el partido rival quien protagoniza esa ‘persecución’. Así las cosas, tantos años de campaña ‘popular’ contra todos los presidentes socialistas que ha tenido la Junta de Andalucía han sido demolidos de un plumazo desde las propias filas del PP.

Ahora, el nuevo ‘rum rum’ que se les ha ocurrido a los de las filas de Moreno Bonilla, presidente del PP en Andalucía, - aún tengo dudas de que este hombre sea muy conocido en esta región-, es cuestionar la capacidad de Susana Díaz para seguir al frente del Gobierno andaluz si sus pretensiones, según ellos deducen, son hacerse con las riendas del PSOE. Con argumentos como   “en Andalucía se está o no se está” pretenden convencernos de que es incompatible estar al frente de un partido y también de una comunidad autónoma. Y francamente, me quedo atónita cuando en el PP es su presidente quien también se encarga de presidir el Gobierno español. ¿Qué pasa es que es menos responsabilidad un país que una comunidad? ¿Requiere menos energías? ¿O tal vez la respuesta esté en que ambos cargos se ejercen desde Madrid? y de ser así ¿es obligado que la sede central de un partido esté en la capital? ¿Estamos en la España de las autonomías?

Particularmente estoy a favor de que cada político ejerza un único cargo. Es más, preferiría que tampoco coincidiera la presidencia de un partido con la de un Gobierno ya que daría más flexibilidad de actuación y probablemente ayudaría a evitar corruptelas que tanto afean nuestra imagen. Pero dado que esto no es así, sino más bien todo lo contrario, no entiendo cual es la incompatibilidad para que Susana Díaz no pueda liderar el PSOE. 

Aunque como estos del PP lo mismo que te meten en el enredo te sacan de él, ya han encontrado la solución en el Informe PISA y los malos resultados que éste da a los escolares andaluces: “se estrellará si el Informe PISA es su pasaporte para liderar el PSOE”, vaticinan. Así las cosas, aún no me queda claro si el PP-A la quiere como secretaria general socialista y con ello ‘obligarla’ a dejar la presidencia de la Junta para ‘allanarse’ el camino o si por el contrario le han recreado un sillón, para que si finalmente no opta siempre la puedan echar en cara que ‘ni en su partido la quieren’.

Incompatibilidades o estrategias del PP