jueves. 28.03.2024

ALMERÍA.- Le marcó, sin duda ninguna, estar recién regresado a su tierra desde la Permanente y vivir todas las competiciones, incluidas las europeas. Ignacio Sánchez estuvo de verde además en aquel último partido de Unicaja de hace siete años y pico, junto a Mario Ferrera y Jorge Almansa, con Víctor Viciana como el colocador del que tenía que aprender. Se cayó en el set de oro tras ganar al que sería campeón a la postre, el Tytan, pero el nombre que no se le ha ido jamás de la cabeza es otro: “Tengo guardados en mi memoria aquellos partidos contra el Zaksa, y me acuerdo de ver al colocador de la selección de Polonia, Zagumny, que era todo un espectáculo, en frente, siendo yo un niño”. Ahora es un jugador maduro que vuelve para dirigir a su equipo de toda la vida, con el que jamás ha cortado lazos, otra vez por Europa.

Será la cuarta etapa del colocador en las filas ahorradoras, dándose la coincidencia del regreso precisamente para retomar el camino europeo por donde lo dejó en su primera etapa. Llegó en la 2010-2011 y estuvo tres años consecutivos, siendo en el tercero cuando se abandonó la competición continental. Pasó la campaña siguiente por el Cajasol y regresó en la 2014-2015 antes de emprender otra aventura en su querida Soria y en Ibiza las dos temporadas siguientes. El segundo regreso fue en la 2017-2018, el año pasado una vez más fue celeste soriano y ahora, para la 2019-2020 está de vuelta: “Así a bote pronto he perdido la cuenta, pero lo afronto como las restante veces, con mucha ilusión, con muchas ganas de estar aquí con mi gente y demostrar a Almería y a la afición hasta dónde podemos llegar como equipo”.

Además, pese a saber ya lo que es ser campeón con Unicaja Almería, le queda una espinita clavada: “Tengo muchas ganas de cumplir los objetivos que todos tenemos y que especialmente a mí me llegan, ya que en mi anterior etapa llegamos a todas las finales, que está muy bien, pero hizo falta ganarlas, así que tengo muchas ganas de ganar la Copa del Rey, de ganar la Superliga y también de hacer una buena campaña en Europa, en donde no sé hasta dónde llegaremos, porque es algo que hace mucho tiempo que no hacemos y no sé cómo estarán las cosas, pero sí hacer el mejor papel posible con mucha ilusión, porque es un proyecto nuevo y creo que lo más importante es eso, tener la ilusión”. En esa línea, los mejores recuerdos los guarda respecto a “ese ambiente, que al público le va a venir muy bien”.

De hecho, Ignacio Sánchez no ha querido perder el tiempo a la hora de ‘alistar’ a la afición a una temporada en la que hay mucho que recobrar: “No es lo mismo que la liga, viene gente de fuera, de otras ligas, y te muestran otro voleibol; en Polonia se juega diferente al España o a Argentina, depende de los caracteres y es más físico u otros somos más ‘rapidillos’… cada uno se adapta como puede pero ves otro tipo de vóley, cómo se enfrentan dos modalidades, diferentes tipos; está la red por medio pero unos juegan de una manera y otros de otra, así que la afición va a disfrutar de nuevo de algo magnífico”. Deja claro lo que el equipo debe hacer desde ya: “Es algo complicado porque hay que compaginarlo; durante la semana estás viajando, no tan estable entrenando, tienes más viajes que entrenamiento, pero todo es enfocarlo y mentalizarse de que la temporada va a ser así, y cuanto antes lo interioricemos y nos adaptemos, mejor va a reaccionar el equipo”.

Además, es aplicable eso de que ‘el mejor entrenamiento es el partido’: “Eso es así porque en el partido es cuando demuestras hasta dónde llegas; la mayoría de mis compañeros y yo ya hemos entrenado demasiado, la técnica ya la tenemos; a veces pienso que no hace falta entrenar tanta técnica y sí demostrar el juego, la identidad del equipo, cómo jugamos cada uno ya no individualmente sino colectivamente, qué mostramos, cómo es lo que somos, y eso justo es lo que toca hacer en el partido”. Sí, el recuerdo, pero “del primero queda poco ya”, en referencia a si mismo: “Yo me considero un jugador diferente al que era por todo lo que he jugado; he madurado bastante, soy un jugador con más experiencia que cuando llegué, claro está, que venía recién salido de la Permanente, y creo que si algo me caracteriza es mantener la calma y la seguridad”. Ignacio Sánchez tiene 28 años y está en su madurez.

Para la decisión de volver han pasado varias cuestiones, “jugar en Europa, que esta es mi tierra…”, repasa, “cosas que subrayé en mi libretita”, añade, pero hay una que resulta clave para haber desoído otras ofertas: “Una de las principales es el grupo humano que hay, porque sabía más o menos quiénes iban a quedarse y cómo se iba a formar el equipo y creo que es gente con la que a mí me gusta jugar, con la que yo disfruto, y cuando yo disfruto, juego mejor”. Abundando en el tema, espera “un grupo competitivo, trabajador, generoso, que se apoye el uno en el otro y que al final se haga eso, un equipo, no seis jugadores o doce jugadores o los que sean, individualmente, sino que se junten todos y sepan ser uno”.

A su juicio, “eso es más que necesario para competir en Europa, porque calidad hay en el vóley español en general y en Almería para brillar en el continente”. Conoce muy bien a Manolo Berenguel, pero quiere más: “Ha hecho un buen trabajo, ha sido su primer año y no es lo mismo estar en Unicaja que en otro club, porque aspiras a todo; ha estado en todas las finales y ha ganado la Copa del Rey; estoy deseando volver a trabajar con él, sé cómo trabaja y me gusta su método, que es el de trabajo, trabajo y trabajo, y estoy con ganas de unirme a ello”. Y luego está el Moisés Ruiz: “Espero que siga creciendo; al ser de Almería también me ha preguntado muchísima gente cuál era mi intención, si me quedaba, y toda esa gente está deseando verme a mí y a todo el equipo en el pabellón”.

Materia prima de primera calidad hay para elaborar el mejor producto:” Este año con el equipo que se está planteando no va a haber un bloque titular, ni un ‘A’ y un ‘B’, nadie va a estar durante toda la temporada igual y va a haber momentos en los que un jugador esté mejor que otro y ese es el que va a jugar, siendo una decisión, claro, del entrenador; doce jugadores que pueden jugar todos en cualquier momento”. Y no solo eso, sino que el resto de ingredientes será el mejor también: “Por lo que yo estoy viendo de cómo se van formando los equipos, todos van a mejorar su plantilla y la única incógnita que tengo es la de los dos ascendidos, que no tengo ni idea de cómo se armarán; va a ser una liga más competitiva y en la misma línea ascendente, como todos los años anteriores, que ha ido subiendo y cada vez hay más equipos con posibilidades de meterse en los play off”.

Dicho esto, y puestos a elegir, “en Europa si hacemos un buen papel está muy bien, pero creo que tenemos que ganar aquí en España, ganar y ya está, y además creo que podemos hacerlo, estoy totalmente convencido”, confiesa. Le resulta indistinto la Superliga o la Copa del Rey, porque les otorga la misma importancia, si bien a lo que aspira es a las dos -de la Supercopa no comenta nada-, “la liga es más complejo ganarla, eso sí”, y  lo extraordinario es que se ha sacado billete para soñar fuera del país: “Abrir el palmarés en Europa estaría fantástico, pero es complicado; vamos a ver qué sucede”.

Ignacio Sánchez llega a casa por el camino de Europa