miércoles. 24.04.2024

¿Es racista Star Wars?

Francisco Mancera

Un soldado imperial negro, esa es la primera imagen del tráiler de la VII entrega de La Guerra de las Galaxias: El despertar de la fuerza, que se lanzó el 28 de Noviembre de 2014. Una forma rápida y efectista de generar un gran impacto entre las legiones de aficionados al Universo Star Wars: los Wari… entre los que me incluyo.  Todo el mundo sabe que las fuerzas de Imperio está formado únicamente por: humanos, varones y blancos: ningún hispano, ningún asiático, ninguna mujer, ningún no humano se embutirá en las armaduras imperiales, jamás: el sueño húmedo de cualquier miembro del Ku Klux Klan. Los productores de Hollywood saben lo que se hacen; nada más provocador que ver un negro con la armadura de los “marines” imperiales. El heterodoxo Stormtrooper imperial del tráiler está interpretado por el británico John Boyaga que debutó como actor, más que prometedoramente, en la interesante película de Ciencia Ficción Attack the Block (2011, Joe Cornish). Para tranquilidad y sosiego de los más puristas entre los Waris, el segundo tráiler lanzado el pasado 16 de Abril de 2015, se encarga de mostrar a John Boyega vestido de civil y huyendo junto a la hija de Luke de Skywalker (interpretada por Daisy Ridley) de fuerzas imperiales que les atacan. Tampoco es la primera vez que entre los buenos-rebeldes hay negros, el primero fue Lando Calrissian (interpretado por Billy Dee Williams) y el más carismático, hasta ahora, fue el maestro Jedi Mace Windu (interpretado por Samuel L. Jackson).

Más complicado se hace recordar que La Guerra de las Galaxias (Star Wars, 1977, George Lucas escribió el guion y dirigió) es una película blanca, machista y sin extraterrestres, bueno casi sin extraterretres. Todo los rebeldes son humanos, blancos, y varones, salvo por la líder Mon Mothma (que apenas tiene un par de planos) y la Princesa Leia (princesa que hubo que rescatar de los malos)… eso sí, resulta una princesa de armas tomar. No hay más mujeres en la Rebelión y salvo la tía de Luke, en toda la película. Todos los humanos que aparecen son blancos y los no humanos o son monstruos a los que exterminar, malvados con los que pelear o son puro atrezzo en las calles y cantinas de Tatooine y claro está: Chewbacca, un versión 3.0 del perro de Han Solo.

A finales de los setentas en los EE.UU. ya ha desaparecido la segregación legal entre blancos y negros, eso no significa que estos se mezclen alegremente para divertirse: bailar, ir al cine, o que no haya segregación de facto económica, laboral o residencial. En la década de los setenta aparece el fenómeno cinematográfico de la Blaxpolitation (películas hechas por negros para público negro) dirigido  a un creciente mercado creado al calor del orgullo racial, que se inicia con el movimiento político-racial Black Power en la década anterior y cuyo estandarte más importante y visible (para los blancos) es el boxeador Mohamed Ali (nacido Cassius Clay).

No es que no hubiera películas con actores negros, que si las había (donde destacaba  Sidney Poitier); películas serias, con contenido y pretenciosas. Cosa distinta eran las películas de puro entretenimiento y evasión;  para toda la familia, donde la aparición de un actor negro podía ahuyentar a muchas familias blancas por temor a ver una película seria, sobre los problemas raciales o de violencia y drogas que proliferaban al calor de la fuerte crisis económica que padecía los EE.UU. y el mundo desde 1973.

La Guerra de las Galaxias fue el más grande éxito de taquilla visto hasta ese momento. Y todo cambió, los directivos de FOX decidieron ordeñar el producto con nuevas entregas de la saga. Para ello había que suavizar el producto, lijar sus aristas, contentar a todos los grupos y minorías, introducir nuevos personajes que los identificasen, como el ya comentado Lando o el Almirante Ackbar entre los no humanos. Incluso en 1981 se reeditó la primera película, ahora bajo el nombre de Star Wars: Episode IV - A New Hope,  la posterior remasterización en 1997 añadió más infografías de efectos especiales, algunas escenas nuevas o no incluidas como la primera aparición de Jabba el Hutt.

Pero la cabra tira al monte, en 1999 George Lucas escribe el guion y dirige La guerra de las galaxias: Episodio I – La amenaza fantasma (Star Wars: Episodio I The Phantom Menace). Lucas pone en boca del Jedi, Obi-Wan Kenobi:

"Por qué intuyo que hemos adoptado a otra lamentable forma de vida"

En clara alusión Jar jar Binks un gungan originario de Naboo. Sorprende ese desprecio hacia una forma de vida inteligente (por torpe que sea) en un Jedi. Sobre todo si consideramos que Binks, acabó siendo su guía, su intervención fue más que necesaria para poder establecer la alianza entre los gungan y los naboo, que luchará en la batalla de Naboo con el rango de Bombad General y finalmente alcanzará el rango de Senador de la República… quizás no debe sorprendernos tanto: Kenobi llegó a maestro Jedi de rebote, es incapaz de percibir que su discípulo le engaña, no suele cumplir las misiones que se le encomienda, suele “dejar sólo” a su compañero en las peleas con sable laser,  se le olvidará quien es R2D2 y lo más importante no será capaz de matar al Hitler del futuro...  sin duda un personaje sobrevalorado y con un infundado complejo de superioridad rayando la alienfobia.

by PacoMan

Próximamente: La necesaria reforma educativa del adiestramiento Sith.

¿Es racista Star Wars?
Entrando en la página solicitada Saltar publicidad