jueves. 28.03.2024

Elena Torres, teleprensa.com Almería

Desde que nuestros políticos han aprendido a pedir perdón, hacer un ‘mea culpa’ parece que les redime de cualquier responsabilidad. Ya le han cogido carrerilla y lejos de ser una ‘medida excepcional’ se está convirtiendo en algo habitual.

El penúltimo perdón lo hemos escuchado por boca del diputado y portavoz del Grupo Parlamentario Popular en el Congreso de los Diputados, Rafael Hernando, que ante la tozudez de las circunstancias, -el ministro ha dicho que es totalmente inviable mover ni un metro de vía del Corredor Mediterráneo antes de 2019-, pues no le queda otra que desdecirse y reconocer que este año, en contra de lo que nos anunciaron, no se hará nada de esta infraestructura.

Pero yo creo que Hernando podría haber sido aún más generoso y haber pedido perdón no sólo por esta obra que se prometió se retomaría en breve sino porque además de no cumplir con ello, se han permitido la desvergüenza de dejar a Almería a la cola de España en inversiones. Es como si entendieran que sólo tenemos una necesidad y como no se puede cumplir con ella pues listo, no se hace nada.

El informe que ha presentado Asempal sobre la ‘caída libre’ en la que han dejado los gestores del PP las inversiones en esta provincia es más que demoledor y pretender resolver el asunto de que para Almería no hay un euro porque vamos a destinar ‘cantidades ingentes’ a pensiones y gastos sociales resulta aberrante. Parece que sólo esta provincia tuviera que hacer frente a la carga de todo el Estado en estas materias. Desde luego no son formas de defender lo indefendible.

Dice Hernando que la realidad les ha desmentido las promesas o los anuncios que han realizado y que por ello han perdido la credibilidad. Pero imagino que no pretenderá con este argumento darnos pena porque lejos de ello lo que entristece es que a ninguno de ellos se les ocurra presentar su dimisión por una palabra dada y no cumplida.

Lo grueso de todo esto es que ya van tantas mentiras que no sé porque entienden que ahora  les vamos a creer y eso nos lleva a pensar que si nos fían el Corredor para 2023 es muy probable que aún haya que echarle un quinquenio más a la obra hasta que la podamos ver.

El penúltimo perdón