viernes. 29.03.2024

El Ejido necesita despertar

Eva Liria, UPyD El Ejido

En estos días en El Ejido celebramos las fiestas en honor a San Isidro Labrador, patrón de la agricultura, y de los agricultores, a los que sin duda nuestro municipio les debe su espectacular desarrollo de las últimas décadas. Las fiestas han sido siempre esenciales para la cohesión y la consolidación del carácter propio de cada municipio, para la creación de una identidad propia, esa marca que los distingue unos de otros y que solemos llamar cultura o tradiciones. No hay nada que identifique más a un pueblo que su forma de divertirse y gozar de su tiempo de ocio.

 

Así que vayan por delante mis felicitaciones y las de UPyD a todos los ciudadanos de El Ejido y a los que nos visitan estos días. Las fiestas patronales no son algo que deba tomarse a la ligera. Más allá de su significado religioso, tan importante para muchos, las fiestas son el escaparate de una ciudad, de un municipio, su reflejo. Sirven de indicador del grado de ilusión, descontento o conformismo de la ciudadanía, del interés de los vecinos de otros municipios, e incluso nos podrían indicar el grado de desaprobación que hay con  el proyecto de ciudad al que nos han abocado.

 

Y permítanme la precipitación, si quieren, teniendo en cuenta que todavía no he recogido mi acta de concejala, pero tras repasar los últimos años de feria y las actividades programadas para esta, creo que llega el momento de decir ¡BASTA! a un equipo de gobierno sin proyecto de ciudad, apático, tremendamente aburrido, carente de talento e imaginación y que no genera la tan necesaria ilusión en los vecinos. La ilusión es el verdadero combustible de un municipio. Y en El Ejido hace mucho tiempo que está el tanque seco. Un equipo de gobierno que en lugar de tomar nota de los errores que han llevado a que estas fiestas mayores estén en clara decadencia, siguen anclados en la defensa de un recinto ferial que por mucho que lo califiquen de “versátil”, ni cautiva, ni convence, ni resulta atractivo a la mayoría de los ciudadanos. Prueba de ello es que cada año la afluencia de gente a la feria decrece, como decrece  el número de empresarios, colectivos o asociaciones que arriesgan en la explotación de una caseta. ¿De las 8 casetas andaluzas previstas por el ayuntamiento, cuántas se han adjudicado?

Pero no, nadie toma nota de los errores, siguen con esa especie de hoja de ruta deslavazada ya, ajada y vacía que no le aporta nada a un municipio   como el nuestro que necesita ahora más que nunca ilusión, modernidad, progreso, frescura y nuevas ideas.

El Ejido cuenta con un gran tejido asociativo que podría integrarse en una gestora de fiestas enriqueciendo con sus propuestas la vida de nuestra ciudad. Los buenos proyectos no se improvisan; necesitan de tiempo y arduo trabajo, y sobre todo necesitan de un conocimiento exhaustivo de la realidad del municipio.

El centro sería un gran espacio para la feria de mediodía y otras actividades festivas y de ocio que sirvieran para contagiar de alegría y de “ganas de feria” a los ejidenses.

Es solo un pequeño apunte de los muchos cambios que queremos proponer, pero para ello, queridos vecinos, necesitamos personas comprometidas, con ideas e ilusión, con ganas de trabajar y con proyectos capaces de enamorar. No hay que olvidar que las decisiones que tomamos hoy, son las que definen lo que nos deparará el futuro. De nada valen las buenas palabras o los grandes titulares si las acciones que se llevan a cabo acaban siendo lo contrario de lo que se prometió o se quiso vender.

Amigos, vecinos, ejidenses en general, este municipio necesita despertar,  salir de la rutina autocomplaciente a la que la han llevado sus dirigentes en los últimos años. Comprometámonos con la transformación que necesita El Ejido, ahora más que nunca, y convirtamos esta tierra en lo que nunca debió de dejar de ser: el referente de toda la comarca y de toda provincia de Almería, la punta de lanza de la economía andaluza y española, y un sitio amable para vivir y convivir. Lo tenemos todo. Vamos a aprovecharlo.

El Ejido necesita despertar
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