viernes. 29.03.2024

Javier A. Salvador, teleprensa.com

Los efectos de las elecciones del 28A no terminan con el recuento de la noche electoral, y mucho menos con los pactos que llevarán a la investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno de España. Para empezar, y pese a que los partidos intentarán por todos los medios que la formación de ese nuevo ejecutivo afecte claramente al proceso de europeas, autonómicas y municipales, tenemos que tener muy claro que hasta el día 21 de mayo no se constituyen Congreso y Senado para dar comienzo a las XII legislatura. El nuevo presidente de la Cámara Baja no se reunirá con el rey de España hasta, aproximadamente, el 24 de mayo y para no interferir en el proceso electoral pendiente, lo mas posible es que la ronda de consultas del jefe del Estado con los líderes de los grupos parlamentarios no se inicie hasta el 29. De ahí saldrá ese encargo de Felipe VI a Pedro Sánchez para que forme Gobierno.

Dos apuntes mas. No habrá nuevo gobierno hasta posiblemente la primera semana de junio, como muy pronto el 31 de mayo si quisiesen correr mucho, pero como el actual ejecutivo seguirá en funciones no habrá ninguna prisa. Para ese momento las elecciones del 26 ya habrán pasado.

Los comicios del 28 de abril tienen no obstante un efecto muy perverso de cara a las municipales. Por primera vez influyen, y mucho, ya que han generado un movimiento que no parará, sino que prolongará las mismas tendencias de uno a otro domingo. Esto quiere decir que quienes bajaron lo harán aún más y quienes subieron seguirán en el mismo camino. 

Así las cosas, si una formación tenía unas expectativas concretas de crecimiento y no se han producido, posiblemente se vengan aún más abajo de cara a las municipales.

En este sentido Almería tiene un interés especial a partir de hoy para la prensa internacional, ya que sólo en El Ejido ha ganado Vox, mientras que en Níjar el PSOE ha conseguido amortiguar el golpe con un empate al 28%. El principal problema de ese foco es que pone en riesgo el modelo agrícola local, ya que las grandes cadenas comercializadoras no quieren verse identificadas con lugares en los que el extremismo político tenga una especial incidencia. 

Precisamente estas dos comarcas son las principales productoras de esos mercados en los que se mira con recelo el crecimiento de posturas tan radicales como impopulares entre el cosmopolita consumidor del norte de Europa que, no lo olvidemos, en muchos mas casos de los que podemos imaginar tiene la misma ascendencia inmigrante que esos a los que durante la campaña electoral la formación ultraderechista ha denostado.

La situación es tan complicada que las propias cadenas alimenticias han entrado en estado de pánico ante el posible rechazo de productos procedentes de estos orígenes, en el caso de que realmente fuesen gobernados por la formación ultra. Así las cosas, y como el campo almeriense no está exento de enemigos, ya vienen de camino hacia España equipos de reporteros que quieren mostrar su versión de lo que ocurre en estas zonas de producción. Les veremos grabando cómo viven quienes cultivan los tomates que ellos comen, frente a cómo lo hacen los señores propietarios a quienes los consumidores de sus países de origen están haciendo ricos con cada compra que realizan en supermercados como Aldi, Lidl, Carrefour, Auchan y tantos otros que se nutren de la que hasta ahora venía siendo la huerta de Europa. Hasta ahora, porque no dudarán en cambiar de proveedor si entienden que la situación política de origen afecta a su imagen.

Para que nos hagamos una idea del riesgo, sólo hay que preguntar sobre la repercusión en la cuenta de resultados de la empresa señalada por aquel video en el que una jefa de almacén abroncaba a sus empleadas por el uso del baño en horas de trabajo. Pregunten y acojónense.

 

El 28A no ha terminado