jueves. 25.04.2024

Javier Salvador, @jsalvadortp

Artículo 19 de la Declaración Universal de los de los Derechos Humanos: “Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión”. Las redes sociales son un medio comunicación más, pero con la enorme particularidad de que aquello que tu publicas va dirigido a las personas que están en tu entorno, a quienes son tus contactos o tus amigos. Si hay alguien a quien no le gusta lo que dices sólo tiene que eliminarte de su lista o dejar de visitar el perfil de quien le ha ofendido. Si un rapero escribe una canción que te molesta sólo tienes que dejar de escucharla y lo mejor de todo es que nuestro nefasto nivel de inglés nos permite obviar las barbaridades que a juicios de muchos pueden contener unas cuantas canciones que bailan nuestras hijas e hijos.

El recopitín de la baraja es que un chico de Jaén acepte una multa de 480 euros para escapar de otra mayor (2.160 euros) o 180 días de cárcel. El motivo es que se pilló una foto de un cristo de una cofradía y el muy incauto le puso su cara. Lo colgó en un su perfil de una red social y los capillitas de turno montaron en cólera, le demandaron y el fiscal lo calificó como una "vergonzosa manipulación del rostro de la imagen", evidenciando un "manifiesto desprecio y mofa hacia la cofradía con propósito de ofender”.

Visto así de crudo, a Francisco de Goya le hubiesen detenido por guarro o incitación a la pornografía al ser el primer pintor que de su mano hizo aparecer el vello púbico femenino en un cuadro, pero no, la maja desnuda cuelga de las paredes del Museo del Pardo y no de un muro de la prisión de Alcalá Meco. Y entiendo que muchos se lleven las manos a la cabeza por la comparación, pero el problema es que estamos permitiendo tantos recortes de la libertad de expresión que ese derecho fundamental empieza a parecerse más a un presupuesto del gobierno del Rajoy que a una de las partes fundamentales de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

De todas formas 480 euros de multa es mucho menos doloroso que el hecho de que te acribillen a balazos en tu redacción por haber publicado años atrás una viñeta de Mahoma como ocurrió en Charlie Hebdo. Y claro, además de ser otra comparación sin sentido, eso sí lo entendimos todos como un ataque intolerable a la libertad de expresión que nos llevó a concentrarnos en las plazas de medio mundo. Un tuit, una foto y cosas así deben ser expresiones de otro tipo, porque nadie lo entiende como una pérdida paulatina de la libertad de expresión.

Y si es así, lo mejor es que deroguemos la libertad de expresión, el arte, el humor y todo aquello que hasta ahora podíamos expresar fuera de nuestras casas y para nosotros mismos, porque si aun haciéndolo en un entorno privado viene alguien, lo ve y le sienta mal, al paso que vamos todavía tienes un problema.

Derogación de la libertad de expresión
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