viernes. 19.04.2024

Dentro y fuera

Juan Antonio Palacios Escobar

En ese permanente juego entre espacios y tiempos, hay ocasiones en las que nos sentimos dentro de la historia y somos protagonistas, y otras nos encontramos tan fuera, que es como si fuéramos espectadores, y alguien nos estuviera contando lo que nos está pasando, en una situación tan extraña como increíble.


Según como nos tomemos la vida, hay cosas que nos preocupan y no paramos de darle vueltas a la cabeza, y otras a las que no prestamos atención alguna. Le dedicamos tiempo a aquello que nos preocupa o lo que nos hace felices y nos provoca la risa.


Muchas veces, más de la cuenta, nos llenamos de preocupaciones y papeles, o nos dejamos invadir de ansiedades sin sentido o intoxicaciones de los mediocres y cobardes. Y entre el dentro y el fuera, hemos de buscar el equilibrio y evitar excesos.


A veces en ese camino agotador por encontrar el objetivo, nos perdemos entre el trabajo agotador o el no hacer nada. Y o somos los relatores de la crónica del deterioro, o bien nos transformarnos en individuos acomodaticios para ensalzar la mentira como la mayor de las verdades.


Luces y oscuridades, son como situarse dentro o fuera de la realidad, seducciones y encantos, rechazos y agresiones, en un raro pendular de cómo ser los protagonistas del foco o permanecer en la oscuridad., quedarnos en casa o arreglarnos y salir de tiendas.
Entre apuestas e indiferencias, mercaderes y mercancías, compras y regalos, vamos viendo como casi todo lo que se mueve en nuestro mundo está más impulsado por los intereses, que por las razones y las emociones. En tanto, la situación se resuelve, debemos disfrutar terminando a tiempo lo que teníamos previsto.
Nos negamos, y con razón, a hacer cosas que nos turben la paz interior, y desde la galería de la madurez, procuramos estar lejos de mierdas y podredumbres. No podemos permitirnos el despilfarro de perder el tiempo en aquellas cosas que no podemos cambiar.
Caminando, nos encontramos con cosas con encanto, con experiencias únicas y diferentes a todo lo que hemos vivido. Entre chistes y bromas, éxitos y fracasos, dulces y amargos, descubrimos que es posible rendir de otra manera.


A veces somos testigos de muchos ruidos y pocos significados, de demasiadas apariencias y escasas esencias, de maldades que parecen bondades, de enfrentamientos que son acuerdos, y de paces que son guerras. Es el circo de la vida.


Entre inseparables o distantes , vamos buscando el equilibrio de lo que tenemos dentro y lo que vemos fuera, de lo importante y lo urgente , de la austeridad y el derroche , de lo último que hacemos y lo primero que olvidamos, de aquello en lo que creemos y lo mucho que nos provoca escepticismo e incredulidad.


Resulta difícil que seamos capaces de encontrar algo que sustituya una agradable conversación con un buen amigo, comprar el mejor de los regalos que sea tan bueno como un beso de la persona amada. Como explicar el aplauso de tu gente frente al frio reconocimiento protocolario de quienes quieren quedar bien.
Dentro y fuera, pensamos y nos emocionamos, vivimos y sentimos, lo importante es que nunca dejemos de ser nosotros mismos.

Dentro y fuera
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