jueves. 25.04.2024

Guille Carmona y Manolo Berenguel

ALMERÍA.- Siempre es fundamental, pero parece que nunca tanto como en esta ocasión. En lo anímico va a estar gran parte de la final de la Superliga, con todo el peso de treinta años y veintinueve títulos nacionales, historia iniciada por un jovencísimo Manolo Berenguel, lápiz en mano a día de hoy para cerrar el círculo: “A mí eso… si yo fuese capaz de manifestarlo, lo que siento por dentro, con mis propias palabras, y que me entendieran los jugadores, sería una motivación extra a todo lo que conlleva ya de por si jugar una final contra Teruel y con todo el trabajo que llevamos encima”. Quizá no sea necesario hablar, sino solo mirar la cara del ahora algo canoso técnico: “He vivido casi de todo dentro de este club y tengo, psicológicamente, una tranquilidad enorme haciendo balance de lo que llevamos de temporada, y una ilusión tremenda pensando en la final”.


El almeriense no oculta que meterse en ella “ha sido quietarme un peso de encima”, confiesa, pero a la vez se siente “encantando de cómo ha competido el equipo ante un Ibiza que estaba muy fuerte”, porque sin duda ha sido “un pase brillante a esta final”. De hecho, no ha sido nada fácil el lograrlo: “Para nada en absoluto; sabemos cómo ha sido la fase regular, los altibajos que hemos tenido, y en play off yo no sé, pero estoy intentando recordar cuando era jugador si hemos tenido una semifinal tan complicada como este año, puede que sí en número de partidos, pero partidos tan duros como han sido esta vez… yo no los recuerdo, y así sabe mejor meterse en la final, porque hemos sabido competir, hemos sabido estar en los momentos difíciles y estamos yendo de menos a más”.


De hecho, ante el gran rival de la última década, que también hace memoria de sus logros, no hay ‘asignaturas pendientes’: “No le ganábamos a un grande fuera y al final lo hemos conseguido compitiendo muy bien, y además el equipo ha madurado, ha sabido aguantar, por lo que lo que también decía de que le costaba mucho jugar con el marcador en contra o en momentos clave, al final ha demostrado que lo sabe hacer, por lo que ‘asignaturas pendientes aprobadas’ y de la mejor manera posible, que además es como mejor puedes afrontar una final”. Puede que haya quien en el ‘debe’ ponga las dos malas actuaciones en Los Planos, pero el técnico ahorrador las tiene muy ‘aisladas’: “Unicaja no ha estado, y no es quitar mérito a Teruel, que ha hecho simplemente lo que tiene que hacer, su trabajo en su casa, mientras que nosotros no hemos sabido estar a la altura y nos hemos venido con un repaso para abajo, lógico y normal, pero creo que fueron circunstancias del momento”.


De hecho, Berenguel recuerda que “el pabellón de Los Planos es un pabellón que a cualquier jugador de aquí le gusta mucho jugar en él”, y abunda al respecto: “A mí me gusta cuanto más lleno, mejor, independientemente de que vaya en nuestra contra”. El matiz al respecto es que le preocupan más “los temas de referencias, por cómo es el voleibol, muy técnico”, pero el público “personalmente cuanto más lleno, mejor, porque es bueno para el voleibol nacional”. Respecto a esos dos partidos sin ningún set sumado, “la primera entra en la normalidad, porque el equipo no estaba formado todavía, tenía que definirse como lo ha hecho a lo largo de la temporada, y sí es cierto que lo estaba cundo fuimos en la segunda vuelta, pero ahí no supimos y no hay que darle más vueltas, porque en nuestra casa y fuera de ella, en la final de la Copa le hemos podido jugar de tú a tú con los dos colocadores, igual que ellos nos han ganado con Rangel y Jovanovic; están las fuerzas igualadas”.


Ante esto, la consigna es la naturalidad: “Nos presentamos a la fase final intentando ganar los dos partidos, si no arrancar una victoria, y si no venirse con el 2-0 para abajo para intentar igualar la eliminatoria en casa”. Y es que “todo puede pasar” y lo que hay en el deseo de Manolo Berenguel está claro: “Lo que quiero es competir, el equipo tiene ganas y estamos enchufados”. Además, y recuperando esa parte tan importante de la psicología, “el ejemplo claro lo tenemos el último partido que dio la clasificación: entra Rubén, se come un papelón importantísimo que lo aprueba con matrícula de honor, haciendo una distribución magistral que mantiene enchufados a todos los jugadores, y es difícil”. El mensaje rotundo del técnico es este: “No hay una referencia clarísima en ataque, sino que nuestra referencia es la palabra, sin duda, es la palabra ‘equipo’, y se ve en los números de distribución, con todos los atacantes de puntos, y los centrales también, más o menos con mismos puntos”.


En ese sentido, “echas de menos tener una referencia firme y sólida en ataque que sepas que te va a meter el punto final, pero eso no es seguro al cien por cien, y el equipo rival también sabe que la referencia está ahí, como se vio en el último punto que nos dio el pase a la final, ya que sabíamos que iba a salir con Tapia y teníamos doble bloqueo allí con una súper atrás, y comete el error con la diagonal corta que se le queda en la red”. Por lo tanto, ‘resiliencia’, la palabra de moda: “Tenemos ‘la suerte’ de que los atacantes de punta, los centrales también, pero los de punta los tenemos enchufados a todos y ¿a quién se la vamos a dar?; la calve no es el jugador concreto ni el opuesto, sino el equipo, que está motivado y tiene la identidad propia de que es un equipo, y se lo ha creído desde hace tiempo”.


Para recuperar a todos, “sin duda ha venido muy bien el parón, sobre todo porque después de la manera que se compite, el equipo vuelve a tener muchas ganas de competir, y sobre todo también por la parte física; excepto el segundo partido, que fue 3-0 más o menos cómodo quitando el primer set famoso, el resto ha sido 3-2, 2-3 y 2-3, partidos durísimos y el equipo se ha mermado físicamente muchísimo, a lo que se suma que hemos llegado con algunas bajas importantes”. Por lo tanto sí que “nos ha venido muy bien parar y creo que a ninguno de los que componen la plantilla se les ha olvidado cómo se compite, y se nota conforme se va a acercando el fin de semana a los jugadores que se van motivando cada vez más, en el entrenamiento ellos van tirando”, destaca el técnico blanquiverde, que subraya que “se les ha dado descanso suficiente como para recuperarse y ahora mismo están con unas ganas y motivación extra por ver cómo se puede volver a competir”.


Es verdad que “el campo de Teruel es otra historia y se comienza de cero en todo, y que nunca se sabe lo que va a pasar, pero al final el cúmulo de buen trabajo que se lleva va a servir para afrontarlo con garantías”. Y es que la planificación obligada, si eres técnico de Unicaja, es completa, hasta el final, con todo respeto a los rivales que te pueden apear antes. El trabajo debe estar planificado se use o no se use: “Al principio, tal y como confeccionas el equipo y la planificación y te reúnes con el staff técnico se van manejando situaciones para llegar de la mejor manera posible; ahora mismo la parte física es la más importante, porque ya la anímica, la técnica y la táctica están muy trabajadas y donde hay que hilar fino es en la física; creo que se está consiguiendo, los dos partidos del 2-3 en Ibiza el equipo se manifestó muy bien físicamente y así confeccionamos la temporada y vamos jugando con el calendario, con posibles descansos y recuperaciones; tenemos ahí al maestro Enrique de Haro, que lo maneja a la perfección”.

Berenguel llega tranquilo y ‘arropado’ al final del círculo
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