jueves. 25.04.2024

Javier Salvador, @jsalvadortp

Aun contando con todos los datos, dejando a un lado lo que en realidad supone el capítulo de inversiones que en Almería apenas llega a los 38 millones, los presupuestos generales del Estado que ha presentado el Gobierno de Mariano Rajoy dicen que esta provincia percibirá 56,5 millones de euros, pero lo que no cuentan públicamente es que esta provincia paga la soberbia de su partido, el PP, como cantera segura de voto en la que hagan lo hagan están convencidos de no perder nunca.

Almería es la única provincia andaluza en la que aún gobiernan con mayoría absoluta una Diputación Provincial, un hecho que les confiere la auto convicción de que mantienen una base electoral apostólica, tan fiel que ya pueden maltratarla rebajando año tras año las inversiones sin miedo a perder apoyo en las urnas. Para que nos hagamos una idea de lo que hablamos podemos llevarnos los presupuestos generales del Estado de paseo por Andalucía y descubrir que en Granada, con diputación gobernada por el PSOE, recibirán de la bolsa común nada menos que 164,3 millones de euros. Jaén, también en manos socialista, gestionará 112,6 millones. Córdoba, también del PSOE, tiene una asignación de 79 millones. Sevilla, socialista en el ayuntamiento de la capital y la Diputación Provincial, cuenta con 239 millones de los PGE para gastar este año. Huelva, también del PSOE, tendrá en cartera 129,7 y su colindante Cádiz, con ayuntamiento de Podemos y Diputación del PSOE 542,1 millones. La única diputación excluida Almería en la que también hay un presidente del PP es Málaga, que depende de un acuerdo de investidura con Ciudadanos e igual por ello casi triplica la asignación del Estado con un gasto comprometido de 141,7 millones de euros.

Los números se puede poner del derecho, del revés, mirarlos de frente o de perfil, pero son números y engañan muy poco. Almería y sus 56,6 millones, aun metiendo en esa cantidad todo el gasto de los ministerios, es incomprensiblemente la peor parada de Andalucía pese a que su aportación por sectores como el agrícola y sus necesidades históricas de infraestructuras es a día de hoy mayor. También podemos consolarnos diciendo que al menos recibimos más que Ávila, Segovia o Lleida, que son los farolillos rojos, pero entraríamos en el dicho de mal de muchos, consuelo de tontos.

Lo que aún no entiendo es cómo no se les cae la cara de vergüenza con eso de pedirnos paciencia porque el Ave está al caer después de 2055 con las obras paradas por su propio gobierno pese a que el anterior, el de Zapatero, había dejado presupuestada y programada su finalización. Así, por la misma regla de tres no tiene credibilidad alguna que vengan a prometernos una infraestructura a cuenta del siguiente Gobierno, sin tener la más remota idea de si ellos van a pintar algo en ese ejecutivo, y peor aún, tal como van las causas judiciales y universitarias que tienen abiertas, da la impresión de que pintar van a pintar más bien poco.

En Almería podemos seguir creyendo en la gran suerte que tenemos de contar con diputados de tanto nombre nacional y políticos locales tan valorados personalmente por Rajoy, pero las palmaditas en la espalda no llevan cajas de tomate a Europa ni traen turistas a la provincia, porque esos son los dos sectores de los que principalmente comemos y los que, además, tendrían que ser los primeros en replantearse a quiénes dan su apoyo y con quiénes están dispuestos a hacerse la foto.

Almería paga la mayoría absoluta del PP
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