sábado. 20.04.2024

Javier Salvador Grupo Teleprensa

Recuerdo a un hombre delgado, muy delgado, extremadamente activo que gesticulaba por todo, con movimientos de manos exagerados y rodeado siempre de un considerable número de personas. Ocupaba siempre la misma mesa,-decían porque yo sólo estuve allí una vez-, en su lujosa discoteca al aire libre de El Parador, H2O. Ese fue el inicio de lo que nunca debió sucederle, convertirse en protagonista, en persona identificable en los periódicos, porque a partir de ese momento cada vez que se le mencionaba le acompañaban coletillas sobre camorra, tráfico de drogas y otros delitos para los que era necesario contar con una gran estructura.

En el año 91 le detuvieron a salida del túnel de Bayanna en un control establecido para su captura. Dos coches, cinco personas y numerosas armas. Uno de los sicarios intentó sacar su arma y un agente del Cuerpo Nacional de Policía en prácticas le neutralizó con un certero disparo al muslo que se inmovilizó sin mayores consecuencias. Le condecoraron por aquello. Aquel día se dijo que iba hacia San José, donde Juan Asensio le esperaba con otros tantos de los suyos para ajustar cuentas.

Son esos pasajes de la historia negra de Almería que cada dos o tres años nos golpean, y de que manera, en la cara de todos los vecinos de esta provincia. Si hacemos un resumen de lo que trasciende a otros lugares del mundo sobre Almería nos encontraremos las acusaciones sobre el maltrato a los inmigrantes en los invernaderos, la desarticulación de mafias dedicadas a la prostitución, asesinatos y otras lindezas a las que ahora se unirán las especulaciones, reacciones y hechos paralelos relacionados con la muerte de Giuseppe D´Amico.

Pero en el fondo de todo esto tenemos que plantearnos la movida de una forma distinta. Los lectores se dedicarán todo el día a buscar informaciones sobre lo ocurrido, pero encontrarán muy poco nuevo porque el secreto sumarial se respetará, y se hará más por miedo a la víctima del brutal crimen que por respeto a la medida judicial.

Se hablará de tráfico de drogas, armas y otros muchos hechos que a simple vista describen a todo un embajador o delegado de la camorra italiana en Almería. Y Almería volverá a figurar en miles de páginas como el lugar por el que entraba el hachís y otras drogas hacia el mercado europeo. Digo por el que entraba porque antes nos enterábamos de mucho, lo que no quiere decir que haya dejado de ser ésta la puerta de Europa. Sólo que ahora no nos enteramos.

Con todo lo que se sabe, con lo que se va a contar, se describirá el perfil de alguien sobre quien costará mucho entender que estuviese en libertad, que dirigiese, aunque fuese con testaferros, la cadena de establecimientos de ocio nocturno más rentable de Almería y otros muchos negocios que le hacían relacionarse con una cantidad ingente de personas.

D´Amico era perfectamente identificable. Iba en un Porsche negro de última generación que siempre aparcaba encima de la acera, en mitad de La Rambla, pero nunca le multaron. Tenía otro deportivo gris de la misma marca, un Ferrari rojo y otras serie de coches por el estilo. Vivía en uno de los chalets más lujosos de Aguadulce. Y bien, aún sabiendo todo esto, nunca, nadie, ni por asomo, le prohibió una licencia de apertura de ningún establecimiento, ni estuvo estrechamente vigilado por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. De haber sido así no le habrían matado de la forma que ha ocurrido todo.

Verdad o mentira, verdades a medias o mentiras a medias, -porque por prisión pasó y con armas le pillaron-, la Subdelegación del Gobierno de Almería, como máxima responsable de la seguridad, y ahora delegada del mando único Guardia Civil-Policía, tendrá que explicar si era o no un conocido miembro de la camorra y de ser así, tendrá que pedir perdón a todos los almerienses por habernos sometido a tales peligros. Si no es así, si todo es mentira, D´Amico tiene unos hijos en Almería que dirigen unos negocios totalmente legales a los que habrá que pedirles perdón por todo lo que se ha dicho, se dice y se dirá.

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Giuseppe D´Amico
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