viernes. 29.03.2024

¡Viva la República! Gracias Vox

Javier Salvador, teleprensa.com

El mayor error que se podía cometer en el Congreso de los Diputados, el de verdaderos pardillos de la política que piensan con todo menos con la cabeza, fue cometido en la segunda ronda de la sesión de investidura del hoy presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez. Los vivas al Rey entonados por la extrema derecha y emuladores, han tirado por tierra años y años de trabajo de la monarquía, tras situar a la figura del Jefe del Estado en su bancada y sin pedirle permiso, que se sepa. El error es importante, porque en un hemiciclo tan fragmentado, en el que existen tantos grupos notoriamente contrarios a la monarquía, nostálgicos de la República que fue tumbada por un golpe de estado militar y defendida en una guerra civil que marcó la historia de este país, hay cosas que sencillamente no se deben permitir y mucho menos para llamar a los extremos.

Por cada viva al Rey que se escuche por parte de determinados elementos, los grupos situados en su extremo ideológico ganarán adeptos, seguidores y argumentos para reivindicar un modelo de Estado que, sencillamente, fue usurpado por las armas.

La figura del monarca en España, su inviolabilidad constitucional, no puede manosearse por un grupo de insensatos que tratan de conseguir titulares para sacar a las calles a las ancianas de abrigos de pieles y banderas de España colgadas de sus carísimos bolsos. Los motivos de la abdicación del Rey emérito y la relación entre ambos, la condena y prisión de uno de los suyos y todas esas cosas tan feas como cercanas, exigen de todos un mimo especial para no alterar más la imagen de una jefatura del Estado a la que ahora menos que nunca le hace falta la ayuda de Vox, PP o Ciudadanos. Al menos en el tono que lo hacen.

Lo más impresionante de toda esta situación es que tuvo que ser precisamente un diputado del PNV, en mi opinión personal quizás el más brillante de cuantos hay hoy en la Cámara legislativa, quien salió al rescate de la imagen del Rey. Y quién lo iba a decir, pero que fuesen precisamente los nacionalistas vascos quienes tuviesen que verse en esa tesitura viene a demostrar que la única altura de miras, de verdadero sentido de Estado, se está viendo precisamente entre aquellos que según la derecha van a romper España.

Manda huevos.

Y ahora vamos al tajo, porque si los perdedores de las elecciones se animan a lanzar a sus fans a las calles, mientras sus cargos públicos se refugian con sus ejércitos de carísimos asesores al calorcito de los edificios públicos y suelos de más de 5.000 euros al mes, la respuesta del resto tiene que ser unitaria y visible.

Ya no se trata de dejarles como locos con el simplón recurso de que ya se cansarán. De eso nada, hay que responder, y la mejor respuesta no es otra que por cada manifestación de la derecha manoseando la bandera española para enfrentar, se inunden los balcones de las casas de toda España de banderas españolas, pero no de la  bandera constitucional, sino de la republicana. Visibilicemos la mayoría ciudadana, la real, con un toque de atención tricolor: rojo, amarillo y morado.

Y no se trata de creer en la república, sino de dar por saco, porque no hay cosa que mas les moleste que verse pequeños, respondidos e incapaces de sumar. Y de paso nos descojonamos un poco.

Yo la mía igual la imprimo con la peineta Luis Bárcenas.

¡Viva la República! Gracias Vox
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