martes. 23.04.2024

ALMERÍA.- 29, 22 y 33 años, por ese orden. Son edades. Del colocador almeriense, del receptor almeriense y del líbero ‘medio almeriense’, elegidos y proclamados como capitanes del club almeriense. Unicaja ha oficializado antes de la Supercopa lo que desde que se inició la pretemporada se había producido de modo ‘natural’. Son los hombres a los que se les ha confirmado su peso específico dentro de un grupo y se les ha dado la responsabilidad que antes ya habían asumido para comenzar a ‘empastar’ lo que deberá ser una melodía de unión y compromiso de los unos con los otros durante toda la temporada, por dura que pueda ser, y con la afición de Unicaja Almería. Más que a la entidad, la plantilla se debe a la gente que la forma, al público que anima y a la ciudadanía, a la que se enorgullece de los éxitos deportivos y a toda en general.

Ignacio Sánchez, Fran Iribarne y Mario Ferrera se habían perfilado, por experiencia, por tiempo en el club y por carácter, en unas figuras sobre cuyos hombros recaerá el peso de la buena marcha interna del plantel ahorrador. Los tres habían sentido la responsabilidad de recibir a los nuevos, de mostrar el acogimiento, de hacer, claro está, de cicerones. Pasada esa etapa de acomodo, ahora son el nexo de unión entre plantilla y cuerpo técnico, porque la comunicación lo es todo en cualquier colectivo. Son respetados por los demás compañeros y por el propio club, como no, también por sus entrenadores. Votaciones y decisión técnica han sido los elementos para la formación de un tridente de garantías, tres generaciones distintas de voleibol y tres trayectorias en Unicaja Almería que sirven de ejemplo a cualquiera que vista verde.

El colocador es el que saludará en los preámbulos de partido, pero ese gesto es el que menos importa: “Estoy contento de ser capitán y de formar parte de esta plantilla porque creo que es un grupo humano muy bueno, que tiene ganas de trabajar para conseguir todos los títulos posibles, y por ello, como una de sus voces, propongo lo que hago siempre, trabajar como nunca para optar a lo más alto”. A Ignacio le sigue el más joven, pero uno de los más fuertes caracteres, al valorar que “es un orgullo enorme ser uno de los representantes de esta enorme plantilla”. Fran Iribarne se lo aplica en lo personal, “me da muchísima confianza que el club haya depositado esa responsabilidad en mí e intentaré atender todas las necesidades que tenga el plantel de jugadores”. Eso supone “dar ejemplo en todo lo que pueda y estar atento a todo lo que necesiten compañeros y club en cualquier momento”.

Para quien no es nuevo es para Mario Ferrera, siempre aportando la justa distancia, el espacio y el tiempo necesarios: “Tras doce años, ya no es la primera vez que lo soy, así que orgullo, responsabilidad y muchas ganas de llevar a Unicaja a donde se merece, que no es otro lugar que volver a luchar por títulos”. Como líbero, justo su posición le limita para ser capitán en pista, según reglamento, pero, como Ignacio piensa, los gestos son lo de menos: “Creo que hará un magnífico papel como primer capitán y ojalá pueda levantar este fin de semana la ansiada Supercopa en cancha ajena”. El compromiso del ‘sevillano semialmeriense’ es el de siempre, y tiene que ver con lo dicho antes: “El de todos los años; puedo aportar algo de experiencia y de serenidad en algunas facetas del juego, ya que con 33 años llevo unas cuantas temporadas a mi espalda en la Superliga”. Galones y respeto de doble acento.

A los tres les ha tocado salir a la primera para poner las cosas en su sitio, incluso antes de comenzar, todo en su justa medida después de arrancar motores en Las Palmas: “Ha sido un primer encuentro con la competición duro, que nos ha dado un golpe de realidad de cómo será la Superliga y cómo es la competición en si; hemos aprendido la primera lección y no deja de ser positivo en cuanto a la preparación de la Supercopa, y negativo solo en cuanto a la clasificación del torneo amistoso jugado este fin de semana en Gran Canaria”. Las palabras de Ignacio Sánchez tienen buen complemento en las de Mario Ferrera: “Tuvimos pocos días para preparar un torneo de ese calibre; damos la enhorabuena a los demás equipos por brindar los partidos que hicieron, necesarios en pretemporada, y asumimos que se nos vieron algunas carencias, obvio que es mejor que nos pase ahora, y no el fin de semana próximo”.

El líbero no ve nada insalvable, ni mucho menos: “Sabemos cómo vamos a mejorar esas pequeñas cosas e iremos a por todo a Teruel a por el primer titulo”. Más allá incluso va Fran Iribarne: “Salimos de este torneo muy motivados, sabiendo en qué tenemos fallos y en qué podemos mejorar respecto a juego y aspecto tácticos, solo en eso, porque como grupo no hay nada que mejorar”. Ignacio Sánchez, aunque lo suyo es colocar, en esta situación, remata: “Las expectativas se mantienen igual, no cambia nada, porque el vóley se juega en el presente”. Su mensaje a la afición, “tenemos muchas ganas de poder estrenarnos junto a ellos en el Moisés Ruiz y de mostrar el gran equipo que se ha hecho”, similar al de Fran, “sabemos que vamos a seguir sintiendo el calor que siempre nos han transmitido en la grada”, pese a las circunstancias, y Mario le hace “una llamada de tranquilidad” porque “tenemos un equipo muy competitivo y deseamos que podamos pronto jugar con nuestro público en la grada; pronto se sabrá el aforo y es buena noticia por cómo pintada todo”.

Unicaja elige capitanes que representan su identidad
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