jueves. 25.04.2024

La política de los símbolos

María Jesús Amate. Coordinadora provincial IU Almería

A nadie se le escapará que en los tiempos que corren se han puesto muy de moda las banderas, tanto es así que hasta la presidenta de Madrid pidió por encargo que le realizaran un bolso con la bandera de España para poder lucirlo el 12 de octubre. Y obviamente de la mano de esta moda de las banderas encontramos la política de los símbolos.

La política de símbolos es aquella que hacen algunos partidos políticos por la que se apropian de símbolos populares como banderas, colores, imágenes... para vincularlos a determinados postulados políticos (como no, los que defienden) de una manera simplista y para nada justificada. 

Como no podía ser menos, la Diputación Provincial de Almería se ha unido a esta moda, porque es cierto que al actual equipo de gobierno le encanta la política de los símbolos, y ya ha dado numerosos ejemplos de ello. El último es que en unos días presenta la nueva bandera de la provincia mediante un acto de izado de la misma y reparto de banderas.

Si hace unos días el alcalde de Almería repartía el que podríamos llamar “kit del español” ahora el presidente de la diputación provincial hará reparto del “kit del almeriense”.

Soy diputada provincial, pero me niego asistir a este esperpéntico acto de izado de bandera. Este alegato popular, o más bien el que ondea el Partido Popular, de establecer una nueva bandera como símbolo, se basa en la necesidad que tiene nuestra provincia de tener un símbolo que la represente.

Si tal era la necesidad y el clamor popular, lejos de asumir y aprobar una propuesta minoritaria, debería haber abierto un plazo de propuestas o incluso haber convocado un concurso público para determinar la elección en base a dos cuestiones: una propuesta justificada y la posibilidad de que la misma tuviera un gran consenso. No es un proceso difícil ni dilatado, solo hay que tener voluntad y por suerte el Instituto de Estudios almerienses (si, esa institución social y cultural que este mismo equipo de gobierno está empeñado en hacer desaparecer) cuenta con un experto en vexilologia y podría haber sido una de las personas designadas para llevar este tema.

Incluso una vez recibidas y estudiadas todas las propuestas proceder a una votación en la hubieran participado los vecinos de los pueblos de la provincia de Almería.

Pero no, había que imponer un símbolo a todos los almerienses propuesto y aceptado solo por unos pocos, demostrando una vez más cuál es la forma de actuar de la que hace gala el Partido Popular: la imposición frente al diálogo. 

 

La bandera que a partir de ahora representará a nuestra provincia es una bandera propuesta por una asociación independentista almeriense, como ellos mismos se definen, que ha hecho suya hasta el punto de ser aceptada y promovida por el Equipo de gobierno del Partido Popular en la Diputación de Almería.

La asociación Acción por Almería, propulsora del cambio de bandera, es una asociación que promueve la cultura almeriense y la independencia de Almería de Andalucía, reclama una Almería comunidad autónoma propia y todo ello justificado en el sentimiento de no andaluces debido al olvido de la Junta de Andalucía de nuestra provincia, según explican en su página de Facebook. Aunque si es por olvidos, Almería es la eterna olvidada de todas las administraciones tanto el gobierno central y la Junta de Andalucía. No sé yo si este sentimiento de no pertenencia a un territorio puede llevarnos a los almerienses con el tiempo y el fervor a seguir el ejemplo de nuestros paisanos catalanes y organizar un referéndum por el derecho a decidir a donde pertenecemos. Total, lo que hoy es solo decepción con Sevilla, puede hacerse en unos años decepción y sentimiento de agravio también con Madrid. 

Quizás si llegáramos a esta tesitura el PP almeriense se encuentre con el mismo problema que Mariano Rajoy en Cataluña, durante años alimentando las ínfulas de CIU y Jordi Pujol o Artur Mas sin pensar que un día esas ínfulas se convirtieran en un problema de estado que puede costarle su supervivencia política y acarrear graves consecuencias a la economía y el bienestar de los españoles. Quizás un día los almerienses, de prosperar esa autonomía que algunos quieren, también estemos bajo la amenaza de la aplicación del 155 por reclamar nuestra independencia ya que el Gobierno Central haya seguido olvidándose de nuestra provincia y sus necesidades y no acaben de llegar esas inversiones durante años prometidas. Y, como los catalanes, pensemos que, ya que nuestra provincia es una de las que más aportan al PIB de nuestro país o al sistema de pensiones, y no viendo reflejada esa aportación en forma de inversión, independizarnos del resto del estado. Podríamos estar poniendo ya los mimbres con este tipo de decisiones arbitrarias. 

Estoy a favor de la reivindicación de la cultura almeriense, a favor de las parrandas, de la patrona (el baile) y la petenera, de la puesta en valor de nuestros trajes típicos; es más durante años he bailado esos bailes típicos almerienses y vestido de forma tradicional. Una también tiene su pasado de folclórica y reivindica la identidad de su tierra. Pero sobre todo creo que el apego a un territorio viene de la mano de la reclamación de la justicia social, en este caso con Almería, donde los datos que recientemente se han mostrado sobre pobreza y renta per cápita son alarmantes, donde hay que pedirle a todas las administraciones públicas que inviertan en nuestra provincia en la medida en que nosotros aportamos al conjunto del país y somos la eterna olvidada. Pero siempre en clave de solidaridad territorial, hay que reivindicar que ha llegado el momento de que le toque a Almería. 

Pero no hay que fomentar el desapego al territorio, y el sentido de no pertenencia.

Espero que la nueva bandera de nuestra provincia sea solo eso, una bandera y no el inicio de un proceso sin retorno.

Como ustedes comprenderán considero que mi no participación en dicho acto está más que justificada, aunque asumiré la bandera como mía, aun no estando de acuerdo con ella, mientras represente aunque sea sólo a una parte de la ciudadanía de la provincia de Almería.

La política de los símbolos
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