viernes. 19.04.2024

ALMERÍA.- El pasado mayo se publicaba en las redes sociales del club ahorrador la foto de un icónico equipo junior que por tierras asturianas extendía el reinado blanquiverde, y en ella el dorsal ‘1’ era uno de los que más disfrutaba el momento. Se cumplían diez años, y el recuerdo de aquel momento mágico, con Manolo Berenguel en el extremo como hacedor de jugadores y títulos en edad formativa (triplete aquella temporada), fue la evidencia definitiva para que se vaya, por fin, a hacer justicia. Llegará para el protagonista de la historia, un Curro Sáez que será debutante en Superliga a los 29 años, y para el propio club, Unicaja Almería, que con él tendrá un equipo completo, en todas las posiciones, con más de la mitad de aquellos chicos, habiendo llegado a la élite… y de qué modo algunos de ellos. El círculo se cierra una década después.

‘Currito’ sigue siendo el mismo. Con diminutivo lo llaman algunos integrantes de su legión de amigos, porque tiene un pacto firmado con el diablo para garantizar eterna juventud, pero si del respeto por el vóley que lleva dentro se habla, se necesitará un superlativo. Prototipo de ‘jugón’, antaño receptor, después líbero, posición desde la que se enfunda de nuevo el verde tras su paso por Mintonette: “Esto es un sueño y con ello me saco una espinita que tenía clavada desde hace mucho tiempo; nunca he llegado a pensar que iba a poder estar en el primer equipo de Unicaja Almería, de verdad que ha sido como un sueño llegar, y ahora me lo han planteado y es una situación extraordinaria, idónea, rodeado de compañeros espectaculares… soñar en la realidad”. Lo acrecienta que “el corazón siempre lo he tenido verde”, reconoce.

No es para menos, porque aquellas camadas con las que coincidió, no solo la última de ellas, le han marcado, si bien repasa de memoria la foto y él mismo se sorprende: “Con algunos vuelvo a coincidir, Fornés e Ignacio Sánchez, frente a otros me voy a medir, Almansa o Bugallo, y también estaban Llabrés, Portero y Carlos Baos, que hayan llegado a lo más alto”. Pero todos ayudaron, todos fueron determinantes para un curso de ensueño, los Martil, Hermosilla, Pérez y compañía, aunque la vida diera otro camino para ellos. Algo similar pasó con Curro Sáez, que tomó otra dirección a pesar de tener la puerta abierta: “Decidí centrarme más en los estudios, seguir con el vóley de forma más amena, a pesar de que tuve una oferta en Santander cuando mi primer año senior, pero preferí acabar mi carrera y acompañar a los equipos de Almería que me permitían estar con ellos, siempre disfrutando del voleibol”.

El contacto jamás lo perdió, y será bonito el reencuentro con Bugallo este próximo fin de semana, frente a frente por la Supercopa de España, con cuatro jugadores de aquella formación en el escenario de Los Planos: “Siempre se seguido manteniendo la relación con mis amigos y ahora volvemos a encontrarnos en el camino, eso sí, en un momento en el que no me lo esperaba, no voy a mentir, y no tengo palabras”. Más que eso, es de hechos: “Creo que voy a aportar al equipo compañerismo, algo importante, unión, y si algo tengo es que soy muy, muy, muy competitivo, pero solo en los entrenamientos y en los partidos, y cuando acaba, uno más; la intensidad es algo fundamental y pienso imprimirla, la garra, la lucha… y aunque tenga 29 años, las ganas y la ilusión del novato, del nuevo… todo eso es lo que más puedo dar”.

A Manolo Berenguel lo conoce como a si mismo, entrenador cuando se hizo jugador y juntos, campeones de Europa universitarios: “Siempre lo he tenido como referente en pista desde pequeño, hasta el punto de que sigo llevando sus camisetas después del entrenamiento, y es verdad que ahora tenerlo, volver con él, que vuelva a darme órdenes, es un orgullo, y quizá yo soy el que más atento está cuando habla, porque es verdad que me gusta mucho empaparme de todo lo que sabe Manolo, con mucha experiencia, y en mi posición, cualquier cosa que me corrija, está bien vista porque ha sido el ídolo de los líberos”. Todo actitud, Curro Sáez está de regreso en Unicaja “para echar una mano, principalmente”, aunque lo deja claro: “Voy a competir desde el primer minuto, voy a ganarme mi puesto, en medio de estrellas del voleibol”.

El bien común, “si Manolo me pide colocar, coloco, si me pide centrar, centro -risas- que es lo único que me falta”, manifiesta, porque “ya solo estar con ellos es un gran orgullo”, remata. Sabio al leer las situaciones, cada una contextualizada como debe ser, confía al máximo en el equipo: “Este fin de semana he estado más en casa que fuera, viendo los partidos -no viajó con el grupo-; se ha notado que nos falta un poco de rodaje, también que los otros equipos llevaban algún partido, y eso se nota tras seis meses sin competir, es un deporte en el que necesitas mucho la competición y medirte a otros equipos, las ganas, los estímulos que te rodean en el vóley… pero yo veo al grupo muy bien, a falta de compenetración y garra para acabar el punto, todo en relación a una primera toma de contacto, que es lo que hemos vivido”.

Por tanto, “no es una cosa que deba preocupar en exceso, sobre todo por cómo se van llevando los entrenamientos”. Curro desvela que se hacen “a un nivel muy alto” y “al fin y al cabo se juega como se entrena, y se puede tener un mal partido, todos pueden tenerlo, pero lo normal es lo otro”. Es lo que se está haciendo, “entrenando con todo esta semana para llegar a Teruel a tope e intentar conseguir este título”, el que definirá, si lo consigue, como “espectacular”. Por último, y en esa línea, mensaje a la afición: “Es un proyecto muy ilusionante, comenzado por el presidente y toda la directiva, que son excelentes, pendientes de todo, y es un grupo humano más que deportivo, que va a trabajar al cien por cien y que va a hacer disfrutar a la afición, de lo que estoy plenamente seguro porque yo disfruto entrando”. Una petición, “que haya mucha salud fuera” para “la suerte de tener mucha gente en la grada”.

 

El voleibol tarda 10 años en hacerle justicia a Curro Sáez
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