NÍJAR.- Mandos del Grupo de Artillería de Campaña II de La Legión, han entregado a la alcaldesa de Níjar un escudo de la Brigada "Rey Alfonso XIII" como muestra de agradecimiento a la población de la comarca por el cariño y el calor que recibieron durante los días que participaron en el desarrollo de la Operación Balmis. En una amena charla con la primera edil, el teniente coronel Sánchez Prendes ha valorado muy positivamente la experiencia de desplegarse en su propio entorno, un hecho absolutamente inusual para ellos, más acostumbrados a operaciones de este tipo en el extranjero, para colaborar con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. El hecho de haber encontrado tanto la absoluta colaboración de todos, como la enorme receptividad de la población ante su presencia, ha derivado en ese reconocimiento que el Ejército ha querido tener con aquellos lugares en los que desplegó sus unidades.
La alcaldesa, Esperanza Pérez, ha trasladado a La Legión un cariñoso mensaje inverso, ya que en su opinión “no sois vosotros quienes tenéis que venir a agradecer el trato recibido, sino nosotros, los pueblos, quienes os debemos nuestro más absoluto reconocimiento porque al ver en nuestras calles el gorrillo legionario y la camisa verde, la gente automáticamente percibió una mayor seguridad. Transmitisteis tranquilidad en unos momentos en los que sencillamente la población tenía miedo. Fuisteis la primera vacuna contra los efectos del Coronavirus en las calles y por ello somos nosotros, los nijareños, quienes os damos las gracias”.
La Legión desplegó en la Comarca de Níjar varias unidades del Grupo de Artillería de Campaña II de La Legión perteneciente a la Brigada Rey Alfonso XIII, con base en Almería, durante las semanas de confinamiento.
Durante días participaron con Guardia Civil y Policía Local en labores preventivas de seguridad ciudadana, información pública y control de posibles aglomeraciones, hasta el punto de que su papel como refuerzo de los servicios públicos esenciales fue fundamental en el control de una situación tan anómala como el confinamiento, más aún en una comarca en la que buena parte de su población siguió trabajando para garantizar el suministro de frutas y hortalizas frescas al mercado español y europeo.
