viernes. 19.04.2024

Una obra faraónica

Juan Cabrera, Plataforma en Defensa de los Colectores de Algeciras

¡Houston tenemos un problema! Sí, en Algeciras tenemos un problema bastante gordo. Y es la reconducción de las aguas fecales a la nueva depuradora instalada en la Isla Verde. Como en todos los pueblos del litoral español, lo normal ha sido evacuar las aguas fecales al mar a través del alcantarillado o aprovechando el paso de algún río que por ahí discurriera. Pero como todo tiene un final, había que actualizarse a los nuevos tiempos, y Europa libró un dinero (Fondos FEDER) para la construcción de una depuradora a los pueblos de más de cien mil habitantes, bajo pena de multa si no se hacía la depuradora en la fecha indicada. Aquí en Algeciras se demoró bastante tiempo su construcción, pero lo peor es que no se habilitó la conducción de las aguas fecales a la citada depuradora. En todo caso, se instaló una tubería que, partiendo de Botafuego paralela al río Palmones y recorriendo todo el paseo marítimo, llegase donde está la nueva depuradora en la Isla Verde. Tubería de unos cuarenta o cincuenta centímetros de diámetro de color butano. Insuficiente para recoger todo el caudal de aguas fecales que, además, permanecían y permanecen mezcladas con las aguas pluviales en los grandes colectores. Para separar unas aguas de las otras, se tendría que abrir Algeciras en canal, como muy bien dijo el Señor alcalde, Don José Ignacio Landaluce. Este alcalde tuvo el valor de comenzar dicha empresa, pero tenga culpa o no, lo cierto es que la obra ha quedado parada y en la reunión mantenida con la Plataforma de los Colectores hace unos días (21 de septiembre), la Señora Concejala, Doña Eva Pajares, dijo que podría estar parada hasta nueve meses.

¡Y que son nueve meses, si veinte años no son nada! “¡Cuan largo me lo fiais!”, diría Don Quijote.

Mientras tanto, para entretener al personal, el alcalde manda construir un agujero en la calle Jacinto Benavente y comenzar a sacar los excrementos a mano. ¡Toma castaña!

Yo creo que, si todas las dinastías de los faraones se unieran con los constructores del Imperio Romano y con los constructores de la Gran Muralla China, todavía no serían capaces de solucionar este gran problema que tiene Algeciras.

El torero Juan Belmonte decía que “lo que no puede ser, no puede ser y además es imposible”.

El único capacitado para solucionarlo sería Moisés, sí, el que separó las aguas del Mar Rojo, pero vete a saber por dónde anda este señor.

Una cosa si han conseguido, bajo el mandato del Señor Landaluce, cobrarnos la dichosa depuradora a precio de oro a los ciudadanos de Algeciras que huele que apesta. ¡Qué poca vergüenza!


Juan Cabrera Cano.
Vocal de la Plataforma Cívica en Defensa de los Colectores de Algeciras.

Una obra faraónica
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