Anabel Mateos, Diputada Provincial PSOE
En la semana clave del juicio de La Manada, en la que parte de la defensa pretende como estrategia procesal, desacreditar y humillar a la víctima, enmarcamos este año el Día Internacional para la eliminación de la Violencia contra las mujeres. Conmemoración Internacional en homenaje a las tres hermanas dominicanas, Patria, Dedé y Minerva, feministas, asesinadas por orden del Dictador Rafael Trujillo, del que eran opositoras.
Minou, hija de Minerva, tiene hoy 61 años, “cuando asesinaron a mi madre yo tenía cuatro años. Y también me asesinaron la posibilidad de conocerla”. A su madre y sus tías las mataron a golpes, las metieron en un jeep para simular un accidente y las tiraron por un barranco.
Cada 10 minutos en algún lugar del planeta, un hombre mata a una mujer que ha sido o es su pareja. La mutilación genital, la trata de mujeres y niñas, el matrimonio infantil o el acoso, siguen siendo una actividad normal en más de la mitad de los países del mundo. Según la ONU, mas de 700 millones de mujeres que viven hoy, se casaron siendo niñas.
Maia, de dos años, asesinada por su propio padre, en Alzira hace unos días, suma, en el momento en que escribo estas líneas, el octavo menor asesinado este año en España víctima de violencia de género.
Los maltratadores saben donde golpear para hacer más daño: el tórax, la cabeza o el abdomen. Y cuando una mujer se vuelve insensible a las amenazas y a los golpes, el maltratador es capaz de arremeter, golpear e incluso matar a sus propios hijos para conseguir su objetivo. Un maltratador siempre, siempre, es un mal padre.
De las 44 víctimas mortales de violencia de género este año en nuestro país, tres han sido asesinadas en Almería. A ellas, hay que sumar las miles de víctimas, que no habiendo fallecido, han tenido brutales intentos de asesinato. Como el ocurrido hace unos días en el Puche, en el que la víctima es una joven de 30 años que, tras ser degollada, evoluciona favorablemente. Él se suicidó después en un invernadero. Afortunadamente, ella vivirá para poder cuidar a sus dos hijos pequeños. O el que acaba de ocurrir hace sólo unas pocas horas en Roquetas de Mar, donde una mujer de 43 años, apuñalada por su pareja, ha sobrevivido a esa brutal agresión. Él se suicidó horas después en los calabozos de la policía local con el pantalón que llevaba puesto.
Gran parte de la sociedad empieza a cuestionar la violencia de género, pero aún gran parte de ella permanece ajena, impasible. El cambio está siendo más lento en los hombres que en las mujeres y el compromiso social no sólo puede reflejarse en el deseo de acabar con la violencia de género, el compromiso social debe llenarse de acciones para lograrlo.
El Pacto de Estado aprobado en Septiembre llega tarde. El Partido Popular se ha sumado a la fuerza, pero bienvenido sean, tanto el PP como el Pacto de Estado contra la Violencia de Género. Ahora habrá que ver qué pasa con los 200 millones de euros con los que el Gobierno del Partido Popular se ha comprometido a dotar el Pacto para 2018 si se prorrogan los presupuestos.
Pacto de Estado, que por cierto, incluye por primera vez como víctimas a las madres de los menores asesinados por violencia de género a iniciativa del Partido Socialista, pero en el que sólo aparece la palabra machismo una sola vez y para referirse a la necesidad de combatirlo en todas las etapas educativas.
Es ciertamente importante el consenso alcanzado por los partidos en materia de violencia de género, aunque sea de mínimos. Sin embargo, el reto no será gestionar el machismo, sino transformar la realidad machista.
