Elena Torres, teleprensa.com Almería
Parece que sólo la ‘amenaza’ de que los presupuestos generales del estado para 2018 no se puedan aprobar está haciendo reaccionar al PP para ver como dar vuelta a la situación. Como si sólo la economía, que no es tema menor pero tampoco único, eclipsara hasta las tensiones de un anunciado referéndum en Cataluña que parece haber pasado a ser un asunto menor al haber trasladado el problema a jueces y fiscales además de a las fuerzas del orden.
Desde luego, la forma en que Mariano Rajoy está gestionando las crisis que constantemente le asaltan, -también uno empieza a pensar que muchas de ellas llegan por ese ‘no hacer’ que caracteriza a su persona, ese no prever por no querer mirar de frente las cosas y confiar en que algo pueda suceder en el camino que evite el ‘descalabro’-, no creo que pase a la historia sino como una gran torpeza política.
En plena crisis territorial, el presidente del Gobierno no ha dudado en acudir a su cita con el presidente de Estados Unidos. No digo que esos encuentros no sean importantes y que encajar agendas, si se cancelan, es harto difícil pero creo que España en estos momentos necesita mirarse por dentro y es prioritaria. Todos hablan de la necesidad de diálogo pero el asunto se ha hecho tal ‘bola’ que lejos de ver ese encuentro, que se hubiera agradecido, de dos mandatarios buscando una solución y consensuando con el resto los próximos pasos a dar para hablar sin complejos de territorios y de convivencia entre todos ellos, apenas conocemos que según se acerca el fin de semana son más los agentes de las Fuerzas de Seguridad del Estado los que acuden a ‘defender’ Cataluña, a costa de abrir nuevas brechas ciudadanas en el resto del país, y los anuncios sobre nuevas represalias con las que frenar cualquier ímpetu que se salga de la ‘norma’ impuesta y nada aceptada por buena parte de la población catalana.
Es curioso, pero a estas alturas tengo aún serias dudas de que un referéndum llevara la independencia a Cataluña, sin embargo, cada vez albergo menos de que aún no queriendo salir de España, los catalanes ahora más que nunca quieren votar.
