jueves. 25.04.2024

Asistentes al curso

NÍJAR.- Ayer comenzó a funcionar el servicio de socorrismo en las playas urbanas del municipio de Níjar, previo a ello, el Ayuntamiento de Níjar organizó un curso de formación sobre corrientes de resaca, dirigido a todos los miembros de la nueva bolsa de socorristas y educadores ambientales.

El concejal de Turismo, Patrimonio Histórico y Playas, Alexis Pineda, el concejal de personal, David Lozano, y el de Protección Civil, Antonio Moreno, asistieron al curso que fue impartido por el profesor universitario, experto en ciencias geológicas, Antonio de la Cruz quien ofreció información para el reconocimiento de las resacas y las medidas que se vienen tomando en otros países más avanzados en esta materia como Australia.

Alexis Pineda señaló “nuestro objetivo es que los encargados de la seguridad de nuestras playas estén debidamente formados y conozcan los pormenores de este fenómeno, así como reconocerlas para informar a los bañistas de su peligrosidad. Las corrientes de resaca son la principal causa de ahogamiento en playas en el mundo, su detección, saber cuándo se producen o cómo salir de ella es básico para evitar accidentes acuáticos.”.

Por su parte, David Lozano, ha explicado “nuestros socorristas cuentan con la formación adecuada en todos los ámbitos y el material necesario para actuar en las diferentes playas, un servicio que ya está en marcha hasta el mes de septiembre”.

Las corrientes de resaca tienen características muy peculiares que pueden ser identificadas mediante la observación cuidadosa desde tierra o más fácilmente desde un punto alto. Estas corrientes tienen el aspecto de "un río corriendo que se aleja de la costa"; el color de dicho rio es ligeramente diferente y contiene burbujas. Otra característica que lleva a confusión es que en esas corrientes no rompen las olas, por lo que hay gente que piensa, de forma errónea, que son las zonas más calmadas de la playa, siendo totalmente al contrario. El peligro real de las corrientes de resaca no es el ser arrastrado por ellas mar adentro, sino la forma en que la persona reacciona: muchos bañistas entran en pánico y tratan de nadar contra la corriente, cansándose enseguida y hundiéndose. La clave para escapar no es nadar contra ella sino en paralelo a la orilla, escapando de esta forma, ya que la anchura de la zona de resaca no acostumbra a ser de mucho más de unos 10 metros.

Socorristas y educadores ambientales participan en un curso sobre corrientes de resaca
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