viernes. 29.03.2024

TELEPRENSA.- La alarma generada por los casos de silicosis entre personas que han trabajado con compactados de cuarzo, el material más común de los últimos años en la fabricación de encimeras y otras superficies, no es un asunto ajeno a la administración andaluza, si bien los resultados de los trabajos realizados en este sentido nunca han sido publicados como estudios específicos. Fuentes autorizadas de la Junta de Andalucía han confirmado a teleprensa.com que en los últimos dos años han sido visitadas o inspeccionadas por personal del Centro de Prevención de Riesgos Laborales un centenar de empresas en Almería. Estas visitas tienen por objeto “comprobar si cumplen con las medidas preventivas, indicarles las mejoras necesarias si son pertinentes e informar a la Inspección de Trabajo en el caso de que no se cumplan las recomendaciones” y de hecho existe un “Plan de Choque contra la Silicosis”. La misma fuente ha adelantado que ese patrón de actuación tiene continuidad con un “Programa Integral de Silicosis en Andalucía, que está coordinado con la Consejería de Salud”. 

El nuevo plan de acción del gobierno regional prevé realizar mil visitas a centros de trabajo en toda Andalucía en los próximos cuatro años e incorpora un enfoque de promoción de la salud y hábitos saludables, además de la prevención de riesgos laborales, pero apenas hay datos sobre afectados, fallecidos o el seguimiento que se hace de los casos detectados porque es el Estado el que maneja la información sobre las enfermedades laborales.

El registro de los efectos de la silicosis depende del Sistema de comunicación de Enfermedades profesionales, CEPROSS, que está dentro del gigante de la Seguridad de Social, y las comunidades autónomas sólo pueden actuar o investigar sobre las enfermedades profesionales a petición de de la Inspección de Trabajo, también dependiente de la Seguridad Social, por lo que no hay actuaciones de oficio por parte de la Comunidad autónoma andaluza. 

Secreto a voces

Pese a que es un problema que se estudia de una forma mas o menos visibles desde el año 2010, la aparición de denuncias y reportajes en medios nacionales ponen sobre la mesa una crisis a la que hasta ahora sólo se la había tratado con aguas templadas. Titulares del tipo “La encimera de tu cocina mata” (El español 30 julio de 2017) o Silicosis: Dinero a cambio de silencio" (Interviú 10 de septiembre) terminan poniendo el foco en la almeriense Cosentino, inventor del Silestone. En este mismo orden también hay que señalar que fue precisamente la multinacional almeriense la primera que llevó a cabo enormes cambios en el sistema de operaciones y diseño de nuevos productos para enterrar los riesgos de la enfermedad que antaño se daba en las cuencas mineras.

En enero de este año los problemas de la empresa Hark Mármoles, de Macael, que dejó en la calle a más de 30 trabajadores tras un cierre patronal, provocó la primeras denuncias públicas de afectados por la enfermedad, ya que aseguraban en sus reuniones con partidos políticos y sindicatos que varios de los empleados de la factoría estaban afectados de esta enfermedad y a que partir de ese momento quedaban fuera de cualquier protección.

Pese a todo fue en el año 2014 cuando se le empezaron a ver las orejas al lobo que pudre los pulmones. En una rueda de prensa ofrecida en Almería el entonces secretario general de Empleo Antonio González,  habló de la silicosis como una enfermedad profesional que había sufrido un notable rebrote en los últimos años, “con 175 casos de neumoconiosis por sílice registrados en Andalucía desde al año 2007, 37 de ellos en la provincia almeriense”.

 Con el objetivo de frenar su desarrollo en las empresas del sector del manufacturado de la piedra, la Junta puso en marcha un plan piloto en el año 2010 con 155 visitas a centros de trabajo. Según Antonio González, el objetivo a partir de 2014 era ampliar esta actuación inicial con más de 400 visitas en toda la comunidad autónoma, y con una importante incidencia del plan en Almería, donde se realizaron 128 inspecciones debido a la fuerte presencia en la provincia de este sector económico.

El Plan se desarrolló por técnicos habilitados de los Centros de Prevención de Riesgos Laborales de cada provincia para comprobar que todo trabajo de mecanización de materiales con cuarzo se hacía con medidas técnicas de control de polvo en el foco de la generación. Una vez realizada esta primera inspección, el plan contemplaba mecanismos de comprobación de la eficacia de las medidas de seguridad aplicadas mediante evaluaciones de la exposición. Igualmente, se previó  revisar que los trabajadores dispusiesen y usasen equipos de protección individual respiratoria adecuados, sujetos a un programa de vigilancia de la salud específico.

La neumoconiosis por sílice fue responsable del 50% de los partes de enfermedad profesional de tipo respiratorio comunicados en 2013 en Andalucía, ejercicio en el que se produjeron 23 comunicaciones de esta patología profesional, dos de ellos en Almería.

En 2015 el entonces delegado de empleo, Clemente García, centraba la siniestralidad del mármol en “la manipulación de puentes grúas o pórtico y los atrapamientos por tablas de mármol” como los principales accidentes en la industria de la piedra natural, y añadía que “en cuanto a enfermedades profesionales se han dado algunos casos de silicosis en los últimos años”.

Desde entonces hasta ahora la silicosis ha sido un problema adormecido, incómodo, silenciado por los efectos que pueda tener en una de las principales industrias de la provincia, pero la única gestión conocida de la crisis son las visitas o inspecciones a empresas para comprobar que cumplan con las medidas de prevención. En el extremo mas humano de la incómoda situación se encuentran los afectados y aquellos que fallecieron en el anonimato, silencio que ha contribuido al desconocimiento público de qué efectos causó la revolución del cuarzo compactado que hoy luce en millones de hogares a modo de encimeras.

 

 

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