jueves. 25.04.2024

Sentirse acogido

José Vicente Cobo

La búsqueda de amor, acogimiento y hogar tiene siempre un motivo profundo, sin embargo en este mundo jamás nos sentiremos acogidos, porque no somos de este mundo. Millones de personas buscan el acogimiento en la pareja y en la familia y la mayoría cree que sentirse acogido en el matrimonio o en la familia es lo mismo que haber alcanzado un puerto seguro de plenitud, hogar y acogimiento. La mayoría de las personas buscan en los demás aquello que ellos mismos no tienen. Proyectan todos sus deseos a unos cuantos aspectos que el otro parece poseer, y creen que con esta persona que representa la imagen de sus deseos, se sentirán por fin en casa. Pero la realidad es que el hombre sólo atrae lo que él mismo es y no lo que quiere tener, puesto que lo igual atrae siempre a lo igual. 

 

Sea como fuere muchas personas mayores están solas. En lugar de haber logrado sentirse acogido se está expuesto al miedo y a la preocupación de cómo seguirá todo. De vez en cuando se sueña con el pasado, pero también esos recuerdos incitan a la amargura, uno se había imaginado esta vida como algo diferente. En lugar de sentirse pleno, sobreviene un gran vacío. A más tardar en la vejez se reconoce que el “sentirse en casa” era una ilusión, un engaño que deja un amargo sabor. ¿Somos sinceros si decimos: yo he logrado sentirme plenamente acogido? En este mundo nunca llegaremos a tener un sentimiento tal porque no somos de este mundo. Jesús ya nos advirtió: “En la casa de Mi Padre hay muchas moradas vacías. Si no fuese así ¿habría dicho que os precedo para prepararos un lugar?”

Sentirse acogido
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