Amador J. Lara, Director Journal of Sport and Health Research
Ayer, como muchos otros días, dediqué unos momentos a reflexionar sobre cuestiones profesionales y laborales en el ámbito de la actividad física. Entonces me vinieron a la cabeza imágenes de excelentes momentos vividos en la Facultad de Ciencias del Deporte, con mis compañeros; en las prácticas; con determinados profesores; aquellas estupendas sesiones de atletismo o voleibol; las largas jornadas en el campo de la Escuela Central; la construcción del nuevo pabellón deportivo o de los excelentes laboratorios de investigación; la inauguración de la piscina… Todo ello siempre rodeado de gente activa, con ilusión por su profesión, con ganas de formarse como profesional de la actividad física y la esperanza de que en un futuro, más o menos cercano, podrían poner en práctica en diferentes trabajos, como en escuelas deportivas, institutos, clubs, gimnasios, instalaciones deportivas, centros deportivos… todos esos conocimientos que con tanto esfuerzo han aprendido.
Aún con el recuerdo en la mente de estos momentos tan ilusionantes vividos en la Facultad de Ciencias del Deporte, entro en una cafetería a tomar un café. Me atiende un camarero nuevo, que había sido contratado hace unos días y entablo conversación con él. Al final terminamos hablando de deporte y resulta que este chico también es Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte. Grata sorpresa la que me llevé.
De allí salí a realizar unas compras y entré en una droguería cercana, en la que no había comprado nunca. Hablando con la dependienta me termina contando que también es Licenciada en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte.
Sigo andando y llego a casa de unos amigos que estaban haciendo mudanza. Se encontraban allí los operarios de la empresa que les hacía la mudanza y cuál fue mi sorpresa cuando hablando con ellos también me comenta uno de ellos que es Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte.
Ya la situación me estaba resultando sospechosa. Demasiada coincidencia, ¿no? Bueno pues sigo de ruta haciendo mis compras. Paso por el supermercado antes de ir a casa y al reponedor de la sección de bebidas le pregunté si no le quedaban bebidas isotónicas. Termina diciéndome que también es Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte y que estaba trabajando de reponedor ya que no había encontrado otra cosa.
De camino a casa recuerdo que tenía que comprar unas zapatillas nuevas, ya que esa tarde quería comenzar en el gimnasio. Paso por una tienda de deportes que abrieron hace unos días en el barrio y el dueño, un chico bastante joven, por cierto, me comenta que después de buscar trabajo como Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte y no encontrar nada durante varios años decidió abrir esta tienda.
Lo que al principio me pareció algo curioso, encontrarme a un Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte en la cafetería, terminó por convertirse en algo más bien triste. Encontrar a tantas personas jóvenes, que cursaron una titulación universitaria con tantas ganas e ilusionas trabajando en actividades en las que no se necesita esa titulación ni pueden poner de manifiesto todos sus conocimientos, termina resultando desilusionante.
No obstante, la historia no queda ahí, salgo de casa de nuevo porque me he dado cuenta que la inmensa instalación deportiva que hay en el barrio la están terminando, la van a abrir próximamente y me quiero informar sobre las actividades y promociones que van a ofrecer. Pregunto por el responsable de la instalación a un chico que había en la puerta cargado de azulejos para terminar los vestuarios que habían sufrido algún desperfecto. Resulta que este chico también era Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte y me indica que el responsable se encontraba en la oficina de la segunda planta pero que hasta dentro de media hora no llegaría.
Aprovecho y me acerco a un gimnasio que hay cercano, porque tenía bastante intención de inscribirme, ahora que empieza el curso y todos volvemos a la rutina diaria del año. Me atiende otro chico, también muy amable y empieza a explicarme un montón de cosas del gimnasio y de musculación. Lo paro y le pregunto, “No me lo digas, seguro que eres Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte”. Me quedo estupefacto cuando su respuesta es… “No, llevo 8 años en el gimnasio y sé todo sobre musculación, además, estoy terminando un curso de 500 horas sobre entrenamiento personal”.
Ahí es donde me quedo perplejo y sin mediar palabra salgo del gimnasio sin saber muy bien qué hacer o qué decir. Cuando me recupero, vuelvo a la instalación deportiva del barrio, subo en busca del responsable, que ya había llegado y empezamos a hablar. Le comento lo que me había pasado, pensando que él era Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte también, y me explica que él tampoco tiene ninguna titulación universitaria, que es el responsable directo de la instalación porque tiene un curso de 1500 horas de contabilidad y además porque lleva haciendo atletismo más de 15 años en el club de la ciudad y sabe mucho de deporte. De paso me dice que “si conozco a algún chico, con algún cursillo de actividades colectivas (pilates, step…) para impartirlas que se le diga y que le lleve el currículum, que lo necesitan dentro de un par de semanas”.
Compungido me voy a recoger a mi hijo que tiene 6 años y ha empezado la pretemporada con el club de fútbol de la ciudad. Cuando llego, lo veo cargando a caballito a un niño de 7 años, pero que pesa el doble que él, haciendo un ejercicio de fuerza. Una vez que finaliza el entrenamiento, me acerco al entrenador para presentarme, ya que es nuevo este año. Me comentó que es un jugador nuevo del equipo juvenil, que está estudiando la ESO y que para sacarse un “dinerillo” para los fines de semana el club le ha dicho que podría entrenar a este equipo de prebenjamines. Por ciento, también me explicó que este año nuestro equipo quedaría primero de la liga porque ha encontrado por internet la preparación física de un equipo de Primera División y la está utilizando con los niños de nuestro equipo y porque ha dejado a claro a todos los jugadores (de 6 y 7 años) que la victoria es lo primero en este equipo, cueste lo que cueste.
Como colofón, llego a casa, pongo la televisión y me encuentro en un programa de entretenimiento a un presentador/presentadora, no sé con qué titulación, dando consejos sobre Actividad Física y Entrenamiento Deportivo.
Con días como el de hoy te das cuenta que es necesaria y urgente una regulación profesional de los Licenciados y Graduados en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte. Como dice D. Andrés Parada, nos estamos quedando sin argumentos para poder defender dignamente nuestra profesión, más aún con algunas de las medidas tomadas por los gobernantes, según relata en su web (http://www.andresparada.es/archivos/520). Sin una regulación en este campo los Licenciados y Graduados en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte seguiremos sin estar dignamente reconocidos, nos seguirán contratando como monitores (en el caso de que lo hagan porque puede ser incluso, como estamos viendo, que ni siquiera nos contraten) para realizar una función, una labor que sólo nosotros estamos capacitados para realizar, porque 4 o 5 años de formación académica tienen que hacerse valer por encima de un curso de 300 horas a distancia. Pero lo verdaderamente grave ya no es esto, que al final “sólo afecta a un pequeño sector de la población”, sino fundamentalmente por la sociedad en general ya que no sabemos en las manos de quién nos estamos poniendo cuando decidimos practicar actividad física o deportiva. Una actividad que, a priori, debería ser saludable puede convertirse en algo totalmente opuesto.
“Si te gusta la Actividad Física y el Deporte, disfrútala, vívela, practícala, pero si realmente quieres hacer de ella tu profesión, estúdiala, fórmate y defiéndela”.
Dr. Amador J. Lara Sánchez
Director Journal of Sport and Health Research (www.journalshr.com)
Director Grupo EDAF: Educación, Deporte y Actividad Física (www.amadorjeh.blogspot.com)
