jueves. 28.03.2024

Javier Salvador, @jsalvadortp

Es un secreto a voces que la relación en el equipo de gobierno de la UAL es algo así como un poco incómoda, por no definirla como campo de batalla en la que hay dos grupos perfectamente diferenciados y un tercero que está hasta los mismísimos pasillos del mal rollo que se respira, y todo porque obviamente lo que menos les apetece es que se de por bueno aquel refrán de mas vale lo malo conocido que lo nuevo por conocer, vamos que después de despotricar del anterior equipo que encabezaba Pedro Molina, no consideran ni mucho menos un éxito empezar a echarle de menos.

Pero no es el día de ocuparse de los profesores, que ya son lo suficientemente mayorcitos para arreglar sus asuntos de una manera más discreta, sino del hecho de que un mero artículo de opinión escrito por un chaval del Consejo de Estudiantes se convierta en un asunto micro viral, denunciando que la vicerrectora que tienen como puente con el equipo de gobierno de la entidad se ha convertido más bien en una barrera.

La fórmula de asfixiar a los chicos del consejo no ha sido otra que el estrangulamiento económico, es decir, si no hay pasta no hay actividades y sin actividad no hay notoriedad, pero tales prácticas recuerdan a épocas en la que la universidad era para la élite y no para el pueblo, y sinceramente creo que ese lado oscuro de la historia lo hemos dejado atrás pese a que el Gobierno del Estado parezca empeñado, recorte tras recorte, en volver a esa zona de confort.

Les devuelven facturas de material de oficina, como bolígrafos y cosas por el estilo, y no les permiten hacer un concurso literario para conmemorar el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, un acto que debe interpretarse en algún círculo como extremadamente subversivo. Y claro, así las cosas la gran pregunta que se harán algunos es ¿cuál es el presupuesto anual de ese Consejo de Estudiantes? Pues sencillamente algo así como el 0,1% de los 93 millones de eurazos que la Universidad de Almería tiene para gastar. Hablamos de 10.000 euros de presupuesto anual.

La comunidad estudiantil universitaria almeriense supera, creo recordar, los 14.000 alumnos. Tampoco lo puedo asegurar a ciencia cierta porque si buscas en google los datos, el informe más actualizado que te aparece es de 2008 y ya llegaba a los 13.0000. Quiere decir esto que no se llega ni a un euro por alumno al año para que el órgano de representación de la parte mayoritaria de la comunidad universitaria lleve a cabo sus propias actividades. Y no, no es para sobresaliente.

Al actual rector de la Universidad de Almería lo pusieron ahí los estudiantes, porque fue a pie de campus donde derrotó a su contrincante, y si es así como paga a los fieles no quiero ni pensar lo que hará con los demás.

La rebelión en las aulas es un hecho. Se están organizando, aún sabiendo que tendrán poco espacio en los medios de comunicación tradicionales, y obviamente los críticos del propio equipo de gobierno les alientan a ello. Pero ojo, esta comunidad estudiantil maneja como nadie redes sociales y el nuevo boca a boca de logotipo verde, y aunque por una parte es divertido ver que la comunidad estudiantil se moviliza, por otra suena un poco lamentable, si tenemos en cuenta que sólo en restaurantes la UAL multiplica la cantidad cedida a estudiantes. Dicho de otro modo, abrir la caja de Pandora por una factura de bolis suena un poco heavy.

Rebelión en las aulas, de la UAL