sábado. 20.04.2024

Javier A. Salvador, teleprensa.com

¿Saben con qué imagen, con qué momento político me quedo de las últimas semanas? Verán, se me cayó el tenedor al plato mientras la secuencia del informativo era la siguiente: Artur Mas había votado, salió de su colegio electoral y habló a los medios de comunicación en Catalán, Castellano, Inglés y Francés. Jamás he pasado más envidia por nada. Otro de los momentos interesantes fue la entrevista en la que Raúl Romera, el número uno de la lista que tapaba a Mas, contestaba en la BBC a un duro interrogatorio, en un perfecto inglés, sin necesidad de ayuda. No hace mucho en el despacho oval de la Casa Blanca, fue el rey de España, Felipe VI, quien se dio cuenta de que la traducción que hacía la intérprete de las palabras de Obama no era la acordada.

Bueno, dejando a un lado los políticos que me sobran.

Pedro Sánchez habla inglés y francés, Pablo Iglesias habla  inglés, francés e Italiano, Albert Rivera habla Inglés y Mariano Rajoy sólo habla castellano, y a su estilo.

En las elecciones generales del mes de diciembre el único candidato que no habla ningún idioma extranjero es el actual jefe del Gobierno de España. Es, además, el único de los candidatos con posibilidades que ha vivido en primera línea la era del batacazo, la que ha dejado a un par de generaciones de españoles con una mano delante y otra detrás. A otra con el pasaporte como DNI pasa salir huyendo del país en busca de trabajo, y a una cuarta entre empezando y terminando sus estudios con los dedos cruzados, porque no saben en qué dirección navega el país en el que viven y que, o mucho les ayudamos, o poco les va a motivar levantar.

Podrán decir lo que quieran los ultras del PP que están a la que salta, y decir que sólo sabemos hablar de Rajoy para criticarle, y lo cierto es que la situación es muy parecida a los finales de la etapa Zapatero, pero  se trata de que los partidos tengan un mínimo de respeto por los ciudadanos y si en cualquier trabajo te piden como mínimo un idioma además del materno, qué mínimo que exigir que un presidente del Gobierno hable inglés.

Rajoy va a terminar su mandato con más parados que cuando empezó y con muchísima más deuda pública. Deja una España al borde de la segregación de comunidades, pero eso si, con una prima de riesgo muy inferior a la que encontró y poder judicial que ya nadie cree independiente, entre algunas administraciones del Estado muy tocadas en su credibilidad pese a ser de todos.

¿Pero qué riesgo es peor, el que nos quitó de encima Rajoy o el que nos va a dejar de herencia?

Y además no habla inglés.

Rajoy y el inglés como mínimo
Entrando en la página solicitada Saltar publicidad