martes. 23.04.2024

Elena Torres, teleprensa.com Almería

Como estaba sentenciado, Mariano Rajoy logró salvar los ‘escollos’ de la Cámara y ya es presidente del Gobierno de España en toda regla. El debate del sábado, aunque era de mero trámite, resultó más grueso de lo que se esperaba, sobre todo, por lo limitado de las intervenciones.

Como era de esperar, buena parte de la oposición se recreó más en apuntar hacia las filas socialistas, a las que culpan de haber entregado el poder al PP, y con ello permitirle que siga gorbernando un ‘rato más’, que a dirigirse al candidato y mostrarle sus exigencias. Entre ellas, destacó una, tal vez por inesperada pero también por el tono. ERC y su portavoz Rufián cargó las tintas especialmente sobre el PSOE, que no pudo por menos que expresar su malestar. El rifirrafe entre unos y otros, los aplausos de Podemos hicieron también entrar en escena a Ciudadanos, provocó un pequeño batiburrillo que no era sino la expresión de la impotencia de unos y otros ya que, recordemos, ni C’s que le ha dado el apoyo con un si es, o tal vez haya que decir era, partidario de que el presidente fuera Rajoy.

El PSOE, por su parte, no salió ‘más’ tocado de lo que había llegado al debate de investidura, pues al final fueron 15 los diputados ‘díscolos’ que no asumieron la disciplina de voto y apenas dos más asumieron la abstención ‘por imperativo’. Total, lo esperado, incluida la renuncia de Pedro Sánchez a su escaño horas antes de la votación para no verse en la disyuntiva de tener que ‘traicionar’ sus palabras o ‘rebelarse’ al partido y así ‘tener las manos libres y limpias’ para iniciar su campaña de primarias.

Sin embargo, de todo lo sucedido el pasado sábado, a mi lo que particularmente más me aterra es el discurso del flamante ‘reelegido’ presidente que lejos de seguir en la línea de su primera intervención, aquella que hablaba de diálogo, se esforzó por ‘convencer’ al personal que él no va a cambiar, ni tampoco sus políticas. Es decir, que el diputado por Almería, Rafael Hernando, no iba tan desencaminado en sus declaraciones días atrás cuando pedía 'algo más' que una simple votación que diera la presidencia a su jefe de filas.

Rajoy se descubre
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