jueves. 28.03.2024

Por unos precios justos

David Cabrera, Agricultor y concejal de IU en Vícar

Bonito lema el de este título, pero ojalá que se cumpliese. Desde el siglo pasado sufrimos el mismo problema: los precios que nuestras hortalizas alcanzan en el mercado sufren un constante descenso, mientras que, al contrario, vemos cómo en los grandes supermercados los precios que pagan los consumidores se multiplican un 100 %, un 200 % y hasta un 50 0% sobre su precio de origen. Si  a eso le añadimos que los gastos no paran de incrementarse, año tras año tenemos nuestra triste realidad.

Hace unos años ya nos cambiaron nuestra denominación: pasamos de ser agricultores a ser empresarios agrícolas, autónomos, independientes nuestros propios jefes y dueños de nuestro destino. ¡Qué bien sonaba aquello! Sin embargo, la cruda realidad es que a pesar de nomenclaturas, seguimos siendo agricultores, porque un empresario al uso ya hubiera cerrado el invernadero y se hubiera  dedicado a otro negocio que le aportase, al menos, los beneficios para cubrir los gastos de producción. Nos quieren hacer olvidar que la mayoría de las explotaciones agrícolas son principalmente pequeñas explotaciones familiares.

Tampoco las administraciones, tanto locales, provinciales, regionales como nacionales nos defienden: cuando hay elecciones vienen y nos venden la moto para buscar el voto y después ni se acuerdan de esos agricultores que cada día se levantan al salir el sol. No quieren hacer una simple ley de comercio que nos proteja de esas grandes plataformas que juegan con el futuro de nuestras familias. Se ponen a favor de esos especuladores cuyo único propósito es comprar lo más barato posible para poder incrementar su beneficio vendiendo al precio más alto. Mientras las frutas y hortalizas sean moneda de cambio en la Comunidad Europea seguiremos así y cada vez será peor. Había un presidente de la Junta de Andalucía que nos decía que invirtiéramos en Marruecos, que era allí donde estaba el futuro. Y en ese mismo sentido, nuestra comunidad autónoma daba ayudas para invertir en el país vecino, un país al que han ido a invertir empresarios españoles que ahora nos hacen una competencia desleal (desleal por costes de producción menores, lo que permite poder bajar los precios; por no cumplir con los mismos aranceles que nosotros), todo ello con la aprobación de los gobiernos andaluz, español y europeo.

Se nos ha hecho pedir préstamos a los bancos para  modernizar nuestras instalaciones, adaptarnos a una agricultura de cero residuos con unas grandes inversiones para ahora dejarnos tirados en la estacada. Desde Izquierda Unida  pensamos que hay que ayudar más al sector, con políticas de ayuda a esa agricultura familiar de las que han hecho de Almería la despensa de Europa y ha permitido dar trabajo a miles de personas y de familias, en definitiva de generar riqueza a una provincia donde lo único que había era pobreza y emigración. Creemos que, como hemos pedido (sin ser escuchados) en un municipio como el mío, Vícar, donde la agricultura es clave en su estabilidad y desarrollo económico. Por eso, desde el grupo municipal de Izquierda Unida, animamos al equipo de gobierno municipal a generar políticas como son el impulso a los consejos municipales agrarios y dedicarle a la agricultura una partida económica destacable en los presupuestos. ¡Si queremos mejorar nuestro campo hay que preocuparse de verdad por él! Yo como agricultor seguiré cultivando la tierra, o como se dice por aquí “criando tomates”, pero es una pena que cada año que pasa nuestro sector se vaya hundiendo poco a poco, que nuestro futuro a corto, medio y largo plazo sea cada vez más oscuro, mientras las administraciones miran a otro lado.

Por unos precios justos
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