jueves. 28.03.2024

Javier A. Salvador, teleprensa.com

Si el sujeto llamado pequeño Nicolás tiene algo que decir, que lo diga, que cante como si estuviese en la ducha un ocho de enero en Vitoria y de repente se quedase sin agua caliente. Y si no canta, si no tiene nada que contar, que le metan en el trullo por chorra y fantasma. Ya no se trata de que el niño merezca que le de su padre dos collejas bien dadas por muchos 20 años que tenga en el DNI, porque las merece, sino porque está utilizando el nombre de instituciones del Estado tan importantes que la propia fiscalía debería de intervenir en vez de deshojar la margarita de querellas contra los organizadores de una consulta popular. Y hablo de fiscalía porque soy de los que aún cree que es un órgano independiente o prácticamente independiente, con capacidad para actuar. Y si no lo es, seguro que en este país aún debe haber algún juez que no quiera hacer carrera política y sencillamente abra diligencias porque imagino que alguien, algún colectivo, aunque sea Podemos, habrá denunciado algo.

Estoy tan cansado de que me hablen de si el barco va bien, si el barco va mal, que ya no se trata de sensación de mareo, sino de hartazgo, porque si faltaba algo por ver, escuchar, algo de lo que ser testigo en este país de verdadera pandereta y zambomberos, no es otra cosa que ser testigo de cómo un Gobierno es capaz de perder literalmente el culo para responder a las acusaciones de un kamikaze de 20 años que ha saltado a la fama como pequeño Nicolás, cuando no han sido capaces de decir nada convincente de los casos de corrupción que les llueven torrencialmente.

Propongo que pequeño Nicolás, ese aspirante a niño pijo al que sólo le falta la sábana blanca con ojos, sea el representante de todos los españoles en Eurovisión, porque si hemos sido capaces de llevar al chiquilicuatre o a aquellas del quién maneja mi barca y de cuyo nombre no quisiera acordarme, tampoco se van a extrañar mucho nuestros vecinos del norte de ver al chico caracterizado de Lázaro González Pérez, ese que nació junto al Tormes. Incluso puede que por una vez en la historia moderna del festival consiguiese atraer la atención de los españoles, ya que si con lo musical no hemos tenido mucho éxito, puede que con algo tan español como cantar la vieja del visillo, sí que seamos capaces de plantarnos delante del plasma siempre cuando el presidente del Gobierno no lo tenga pillado. 

Seamos serios por una vez y actuemos.

Como muchos otros vi la entrevista del sábado, pero no me creí nada. Considero a Sandra Barneda una interesante conductora de programas, y enorme el tanto que pueden apuntarse al sentar en una silla frente a cámara al pequeño Nicolás, y esa se la han clavado al resto de canales que hubiesen pagado lo que sea por tenerlo con ellos, digan lo que digan.

Ahora bien, que un zumbado com camisa recién planchada diga que tiene papeles como para hacer dimitir a un importante número de responsables de la administraciones del Estado es como para descojonarse. Que su facebook sea el baúl de los recuerdos de un fantasmón con fotos de políticos puede resultar inquietante, y aleccionador para quienes aparecen en las fotos, pero que se siente frente a una cámara y diga que como hable se cae España, es para ponerlo no delante de una cámara, sino de un juez y que tome declaración, que como no tenga nada y todo sea una paja mental del chico lo metía en el módulo de enfermos mentales de cualquier prisión del Estado y tiraba la llave.

Pequeño Nicolás a Eurovisión