Elena Torres, teleprensa.com
Contra todo pronóstico, Patxi López ha sido el candidato que mejor ha centrado el debate de primarias del PSOE. Y digo contra todo pronóstico porque dado que a pesar de ser tres, este proceso electoral interno que mantienen los socialistas se ha centrado, desde antes de que diera comienzo, en dos únicas personas, Susana Díaz y Pedro Sánchez, por lo que, en principio, todo hacía sospechar que éstos debían ir mucho más serenos y con más argumentos pues eran quienes ‘se la jugaban’.
Pero no ha sido así. Lamentablemente la brecha abierta entre ambos parece difícil de cerrar. Uno reprocha a otra la deslealtad mostrada y azuzada hacia quien estaba dirigiendo el partido. Ella le recrimina a él que no fuera capaz de dejar la dirección nada más conocer unos resultados electorales como nunca antes los había conocido la todavía segunda fuerza de este país. Pero esto ya los sabíamos.
También sabíamos que para Pedro Sánchez la abstención que el PSOE ha dado al PP ha sido como poco una ‘alfombra roja’ para poder gobernar y que esto después de pregonar una y mil veces que el voto sería ‘no’ ha desvirtuado no sólo la ‘esencia’ socialista sino que ha generado desconfianza en el electorado y en las propias bases al no cumplir con la palabra dada. Susana Díaz, por su parte, le echa en cara su ‘espíritu podemita’ que debilita la marca del partido.
Sin embargo, el veterano Patxi López, al margen de incidir en la necesidad de unidad, que de eso ya ha hablado una y otra vez en sus discursos, ha sido quien más propuestas ha presentado, sobre cómo recuperar militancia y de qué manera debe ser elegido un secretario y también destituido, por ejemplo. Es el que más ha centrado su discurso en un programa.
A pesar de todo, es difícil creer que Patxi pueda inclinar la balanza a su lado, entre otras cosas, porque la votación del 21 tiene mucho de visceral.
