jueves. 28.03.2024

Pasquino Mamarracho

Juan Antonio Palacios Escobar

De pedantes, enterados, y mamarrachos están llenos espacios y tiempos, quizás por eso hemos de valorar más la humildad y la sabiduría. Pasquino además de hacer honor a su apellido en cada acción  y actuación ratificaba su condición.

Era natural de esa bella población malagueña situada en el Valle del Genal en plena Serranía de Ronda  que es Benarrabá,  con algo más de 500 habitantes y  una gran variedad de paisajes que invitan a perderse y pensar , lo que no era precisamente una cualidad de nuestro personaje.

Lugar de gente noble y encantadora , de personas buenas e inteligentes con fiestas tan singulares como la Cabalgata de los Reyes Magos , los Carnavales , la Semana Santa o la Romería de San Juan , pero que tenía entre sus paisanos a Pasquino Mamarracho.
 Pasquino era ridículo por dentro y por fuera. Aunque él se creía elegante, su aspecto era de auténtico adefesio, aunque portara la mejor de las vestimentas, porque por mucho que se empeñara le faltaba esa distinción natural de la gente elegante.
 Hablar con él, era un imposible, dogmatizaba, sentenciaba, acusaba y ofendía, y si tú lógicamente no coincidías con sus planteamientos, eras un vendido, un mercenario e incluso si se le calentaba la boca un corrupto, ya que habías tenido el privilegio de ostentar una responsabilidad pública en un país democrático.

Todos los que no pensarán como el estaban fuera de la pureza, se movían en lo erróneo y él era el único limpio e íntegro. Cada vez hablaba no es que fuera violento que en ocasiones resultaba, sino que era ofensivo porque su verbo era una soflama que lanzaba desde el púlpito de la gloria hacia todo el resto de la humanidad que era pecadora e impresentable.

A nuestro amigo  no había quien le hincara el diente ni quien le soportara. Se creía más de izquierdas que nadie pero su espíritu, su pensamiento y su actitud encerraban un dictadorzuelo, rayando en actitudes fascistas.

Cada salida a la calle era una predica en cualquier lugar donde se encontrara con alguien, y tenía la triste habilidad de sacar de quicio al más calmo y tranquilo porque además pensaba  que la única verdad era la suya, cuando con sus mamarrachadas logra el efecto del que dice perseguir.

Con su tono agresivo y beligerante no solo acusaba de todo a todo el mundo, sino que con su verbo  casi apocalíptico sentenciaba y condenaba a los infiernos a todo el que no coincidiera con sus planteamientos, llenando de adjetivos sus intervenciones que lejos de una opinión o un punto de vista se convertían en una especie de sermón de la montaña.

Mamarracho, no era imperfecto ni defectuoso de fábrica sino grotesco y no merecedor de ningún tipo de respeto, ya que era quien desde sus lecciones de ética y moral  más tenía porque callar porque debía grandes favores a aquellos a quienes censuraba y criticaba.

Se consideraba un ser excepcional y único , más integro  que nadie, lo que no dejaba de ser sospechoso , puesto que no admitía que sus sentimientos y sus ideas no eran algo inamovible  sino que estaban sujetas a cambio y que como las demás personas  tenían sus virtudes y sus defectos, sus aficiones y sus manías.

Pasquino no tenía solución, era un falangista y un fundamentalista en el más radical  significado de estos términos y no admitía discusión y mucho menos discrepancia, ya que el que se atreviera sería condenado al reino de los infieles.

Pasquino Mamarracho
Entrando en la página solicitada Saltar publicidad