sábado. 20.04.2024

No culpes al pianista

Antonio Garzón Fresneda, Empresista

No hace mucho mi profesor de inglés me contó una de esas anécdotas a las que me tiene acostumbrado y que ayudan a amenizar la clase. Ésta anécdota vino a colación precisamente de comentarle uno de los artículos que escribí en este periódico.

Me contó que en los tiempos del cine mudo, se colocaba a un pianista en la esquina de la pantalla para añadir un poco de sonido a la película. La verdad es que debo reconocer que no lo sabía. Pero lo que sabía aun menos es la expresión que se acuñó como consecuencia de esto. Por lo visto, se llegaron a dar situaciones en las que el público, cuando no estaba disfrutando de la película, empezaba a tirarle cosas al pobre pianista. Como si el pobre señor tuviera la culpa de algo. El solo tocaba lo que le pedían. Pero claro, el era lo que tenían más a mano. A partir de este hecho, se acuñó en Reino Unido el dicho “ Don´t blame the pianist” para indicar que te estás equivocando al señalar al culpable de tus males, o simplemente de aquello que no te gusta. Una de sus mejores anécdotas desde luego.

Me gustó tanto que por eso está hoy aquí; sirviéndome de titular para indicar que muchísima gente se está equivocando con otro pobre pianista que está pagando los platos rotos de otros. Me estoy refiriendo al EURO. Constantemente escucho a mucha gente, incluso entre mi círculo más cercano, decir que estábamos mucho mejor con la peseta y que el euro no ha servido más que para traernos problemas. Incluso veo de vez en cuando en las redes sociales grupos impresionantes de personas dando su apoyo a personas que escriben en esta dirección. Lo último que vi fue a una señora utilizando el incalificable argumento de que hace quince años se podían comprar muchas más cosas con 5000 pesetas que hoy con 30 €. Pero lo peor era la cantidad de gente que le hacían la ola. Incluso algún que otro joven estudioso de la materia llegó a asegurar que con la peseta no hubieron crisis económicas. 

Supongo que la que subió ese comentario no ha oído hablar nunca de la inflación. E imagino que tampoco se habrá tomado la molestia de comparar lo que podía comprar en el último año de vigencia de la peseta, con esas mismas 5000 pesetas, con lo que compraba quince años atrás con la misma moneda. Esto de por sí ya sería suficiente, pero me gustaría dar un par de ejemplos al respecto.

En la España de los años 70 la inflación llegó a superar el 25%. Pero si nos fijamos en la inflación de los años 50, los 60 o incluso los 80, podemos ver como se superaba el 10% en numerosas ocasiones. Supongo que no necesito recordar que moneda teníamos entonces. Cifras en ningún caso vistas con el euro ni de lejos. 

Por otro lado, la inflación argentina es un caso bastante ilustrativo. País mundialmente conocido por sus altísimas tasas de inflación. De hecho, si miramos el registro de los últimos 50 años( y podría retroceder aun más), casi siempre ha tenido unas tasas muy altas(a veces realmente inmensas). La única excepción se dio entre los años 1994 y el 2001, derivada de una política muy concreta. Los argentinos han cambiado dos veces de moneda en todo este período, y todas ellas han experimentado una inflación desbocada. Solo con una de ellas se llegó a niveles realmente bajos( incluso negativos) durante algunos años, y como ya he dicho se debió a una serie de políticas concretas llevadas a cabo por el gobierno. Lo que quiero señalar con este ejemplo es que la moneda en sí misma no es un problema, lo es el uso que hagan los gobernantes de ella.

 

Pero volvamos al euro. Cuando entramos en el euro hubo voces contrarias, argumentando que si los países del sur de Europa tenían la misma moneda que los del centro y norte los primeros sufrirían bastante. Nuestras exportaciones se reducirían a favor de las exportaciones de los del centro y norte. Por tanto, no era un buen negocio. Sin embargo, esto no ha sucedido. El porcentaje de las exportaciones según el PIB de España se redujo un par de puntos como consecuencia del peso que estaba ganando la construcción en el conjunto de nuestra economía. Pero desde el año 2010 el porcentaje de nuestras exportaciones no ha hecho más que subir. Y si hablamos de términos brutos, el volumen de nuestras exportaciones desde que entramos en el euro ha aumentado mas de un 80%. Y si nos vamos a países como Italia o Portugal, el porcentaje de sus exportaciones se ha mantenido estable los primeros años, y desde 2009 éste ha aumentado también como en el caso de España. De hecho, en Portugal ha aumentado la friolera de 10 puntos porcentuales en estos últimos años. Finalmente me gustaría añadir un ejemplo que me parece también muy esclarecedor. Es el caso de Francia y Alemania. Dos países digamos comparables por su similar desarrollo económico. Éstos entraron en el euro con cifras similares. El peso de las exportaciones en Francia era de un 24%, mientras que en Alemania era de un 30%. ¿ Y cual ha sido la evolución desde entonces? Bueno, Francia ha aumentado algo el volumen total de sus exportaciones, pero el porcentaje de éstas ha bajado unos tres puntos porcentuales. Sin embargo, las exportaciones alemanas se han disparado. Han pasado del 30 al 40% y su volumen total ha aumentado increíblemente (sobre un 70%). Pero existen muchas más diferencias entre estos dos países, y siempre a favor de Alemania. ¿ La razón? Un país llevó a cabo una serie de  reformas estructurales para ser mas competitivo y tener mayor libertad económica y el otro no. Así de simple. ¡Y con la misma moneda!

Muchos de los que pidieron una devaluación del euro durante estos años de crisis, decían que si mantuviésemos la peseta podríamos devaluar nuestra moneda para así poder exportar más. Y que como ahora con el euro la política monetaria es del BCE para todos los países de la eurozona, tenemos que ajustarnos vía reducción de salarios. Claro, cuando la gente escucha esto parece lógico que surja una cierta antipatía hacia el euro. Pero lo que no decían (en tiempos de entorno al 2% de inflación y más aún) es que con la devaluación de la moneda se está llamando a crear mayor inflación. Otra forma de reducir la renta de los ciudadanos, pues no solo la reducen la bajada de salarios. Como tampoco decían que una devaluación es solo una medida pasajera y que no corrige ninguno de los males estructurales del país. Probablemente si los gobiernos de España hubiesen mantenido la baza de la devaluación, la habrían usado hasta hartarse antes de empezar a tomar medidas de verdadero calado. 

Los países del euro compartimos unos con otros más de la mitad de aquello que exportamos, pero sin embargo con la misma política monetaria unos se han comportado mejor que otros. Si el euro ha sido malo para un francés pero bueno para un alemán, es que la culpa no la tiene el euro. Así que ya sabéis, ¡ no culpéis al pianista!. La culpa la tienen otros.

No culpes al pianista
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