jueves. 25.04.2024

Netflix o la oportunidad (que nos niegan) de poder elegir

Serafín López, ingeniero

La semana pasada nos sorprendimos con la llegada de Netflix a Cuba. Dicho así podría no tener ninguna importancia, se podría ver como un avance en la apertura del país, pero si tenemos en cuenta que Netflix no está disponible en España por motivos burocráticos y legales, resulta como mínimo extraño. Y sorprende hasta al más despistado.

Para quien no conozca Netflix, se trata de una plataforma de televisión en streaming (por internet) que ofrece probablemente el mejor catalogo a nivel mundial de series y películas, con producciones propias de gran éxito como “House of Cards”, todo de forma legal y por un precio muy razonable (desde unos 8 dólares/mes). Es la plataforma para los amantes de las series y las películas. Aquí en España no podemos disfrutarla, no ofrecen su servicio en nuestro país, y los motivos son los de siempre: hay un lobby anclado en el pasado que no ha sabido adaptarse al nuevo paradigma que ha creado internet en sus negocios. Ven como su negocio esta caduco y encuentran en unos políticos tan caducos como ellos la única vía para mantener viva su anticuada forma de ver la industria gracias a legislaciones que bloquean cualquier intento de innovación y progreso en estos sectores.

Ya hemos visto como la industria de la música, el cine y últimamente la prensa de papel han instado a los gobiernos de turno para que legislen en defensa de sus intereses, y el caso de Netflix es uno de los primeros ejemplos de cómo ponemos palos en las ruedas de la innovación en nuestro país con estas legislaciones. Que Netflix no esté disponible en nuestro país es simple y llanamente por una cuestión de legislación interesada que hace que esta empresa no pueda prestar sus servicios en España. Como ejemplo de esta legislación absurda, Netflix tendría que pagar el triple por los derechos de autor de las obras que emitieran en nuestro país, en comparación con otros países de nuestro entorno.

En los últimos años, han aparecido algunas plataformas similares, pero por desgracia ninguna consigue acercase a la calidad y cantidad de contenido de Netflix. Son más bien una muestra de la ineptitud del sector que ha intentado posicionarse antes de la inevitable llegada de Netflix, o lo que es lo mismo, un “quiero y no sé cómo se hace”. Lo peor para ellos es que más tarde o más temprano Netflix llegará.

Lo que a mí me cabrea mucho es ver como un país sometido a una dictadura tiene más libertad a la hora de elegir contenidos audiovisuales que un país supuestamente democrático como el nuestro. Ya va siendo hora que le perdamos el miedo a internet y que cuando digamos “internet” no signifique “piratas” sino “oportunidad”.

 

Netflix o la oportunidad (que nos niegan) de poder elegir
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