viernes. 19.04.2024

Neizan Sutil

Juan Antonio Palacios Escobar

Neizan vivía en el Campo de Gibraltar, y se movía entre San Roque, Los Barrios y Algeciras y no terminaba de entender como el ministro de Fomento, don Iñigo de la Serna, iba prometiendo por tierras levantinas 6.100 millones de euros en infraestructuras y no era capaz de contemplar lo necesario en los Presupuestos Generales del Estado para la Algeciras –Bobadilla.


Sutil, un humilde comentarista de prensa procuraba decir esto con la mayor sutileza y sin ánimo de molestar a nadie, pero los números eran tan chivatos y crueles que escupían con sus datos la realidad. Podrán disimularse bajo otras parafernalias, pero al final la mierda flota.


Mientras el líder de los populares, el gran Landaluce se enfadaba y rebelaba, entre la lógica crítica de la oposición y su falta de peso político en Madrid, donde no le hacían caso alguno los suyos. Neizan no entendía, en su paciente prudencia para que iba este hombre al Senado y se esforzaba, si al final el resultado para su ciudad, era nulo.


La verdad , que no era como el caso del socialista Salvador de la Encina, que no paraba un instante, de preguntar a los ministros del Gobierno de Rajoy y presentar iniciativas , en las que siguiendo las enseñanzas del desaparecido maestro Alfonso Perales , procuraba llevarlo todo pactado.


Sutil sabía que el 2018 iba a ser su gran año, pero confesaba que se consideraba incapaz de cómo combatir a los envidiosos, a esa gente que sufría con cualquier avance o triunfo de los otros. Tampoco admitía como algunos responsables políticos podían justificar una muerte como un problema de comunicación.


Con apoyos y sin sobresaltos, Neizan procuraba reforzar su autoestima y entusiasmarse ante cualquier acontecimiento por muy simple e insignificante que fuera. Tenía la virtud de combinarlo todo en las proporciones adecuadas para que resultara atractivo a los demás.
Entre miradas perdidas en el horizonte o contemplaciones ante el espejo, Sutil, se hacía promesas que no sabría si iba a cumplir, pero a decir verdad siempre estaba prevenido contra la decepción y se repetía una y otra vez que era muy difícil que su realidad empeorara.


No obstante en su espíritu previsor le gustaba anticipar los retos y desafíos que pudieran presentársele, desde una concepción equilibrada que ni estábamos tan bien como decía el Gobierno ni tan mal como nos quería hacer creer la oposición, pero la realidad le demostraba que, los ricos eran más ricos y los pobres más pobres.


Su creatividad se manifestaba de forma mágica y explosiva, entre acertijos y ocurrencias, inolvidables fantasmas, averías desarregladas y cascada de críticas, y epílogos que son prólogos de algo por comenzar, en un ambiente de bromas serias y sepelios cómicos.
Neizan, acababa como todos nosotros de comenzar un nuevo año y se había hecho una lista de buenos propósitos, en la seguridad de que no iba a cumplirlos, pero en el fondo de su alma, le hacía ilusión imaginar lo contrario. Debía ser sincero consigo mismo y no montarse historias fantásticas.


Sutil era un tipo muy sensible y necesitaba una sonrisa y escuchar algún mensaje de ánimo. Y que le reconocieran un logro que hasta entonces no le habían valorado. Se había dado cuenta que todo no iba a salir como él quería, pero sabía superar su lado más infantil y aceptar que las cosas eran tal y como eran.


Su optimismo y su facilidad para hacer de cualquier situación una fiesta, le habían enseñado que tenía que ser su mejor amigo, pasara lo que pasara. Estaba en un momento precioso de su vida y debía dejarse llevar.

Neizan Sutil
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